¿Qué quería hacer Lisci ante el Betis?
En resumidas cuentas, hoy la culpa no es Sergio, que nos ha salvado de muchas, es de un equipo que regala demasiados balones y al que vemos que le va faltando esa garra de la que tanto presumimos.
Jugar en este estadio trae buenos recuerdos para Osasuna, porque jugar una final de Copa y contra el Real Madrid no pasa todos los días. Pero hoy se trata de la Primera División y contra todo un Betis que también se ha reforzado lo suyo.
El míster rojillo plantea un encuentro con una defensa impar: o sea, tres centrales y dos laterales —que hacen cinco—, con el fin de poder hacer algún daño por las bandas. Otra sorpresa es la de comenzar con dos delanteros centros puros como son Raúl y Budimir, y que las intenciones en este caso son más difíciles de adivinar; de todas formas, Raúl ya merecía ser titular en algún encuentro. Por otra parte, las ausencias en el campo de Aimar y Rubén García han de notarse en la construcción del juego rojillo.
Pero, como solemos decir, el contrario y las circunstancias marcan el devenir de cada encuentro, y este ha sido uno de los clásicos. El entrenador no se imaginaba que los rojos iban a regalar casi todos los balones a los de verde pensando que eran compañeros; pero se podía imaginar que Budimir y Raúl solo pueden jugar juntos si mandamos balones al área constantemente; o sea, de salida, todo por la borda: 37 minutos de partido y ya perdíamos 2-0; peor no se podía jugar.
En el descanso retira al central que menos se había equivocado y a Torró, entrando Víctor y Becker, al que parece que el balón se le sube por las medias, aunque muestre buena fuerza física. Los primeros 15 minutos de la segunda parte, después de la reprimenda del vestuario, parece que Osasuna despierta; pero no, era solo un sueño. En 20 minutos, el Betis, con pases sencillos y sin el agobio rojillo que la ocasión merecía, se hace de nuevo con el control del juego y del partido; se notan demasiado las ausencias de Aimar y Rubén.
En los dos partidos anteriores en los que Osasuna se adelantó en el marcador, tanto el Espanyol como el Elche agobiaron la portería de Sergio hasta terminar ganando unos y empatando el otro; ¿por qué Osasuna no ha hecho lo mismo hoy? No lo entiendo. Tampoco entiendo qué quería el míster antes de comenzar el encuentro y qué plan de juego hacía falta para hacer daño a este equipo, no lo sé; quizás las intenciones eran las mejores, pero está claro que algo tiene que hacer, porque este no es mi Osasuna.
En resumidas cuentas, hoy la culpa no es Sergio, que nos ha salvado de muchas; es de un equipo que regala demasiados balones y al que vemos que le va faltando esa garra de la que tanto presumimos, además de unas cuantas ideas que aclaren la forma de jugar.
¡Aúpa Osasuna!
Subtítulo (frase textual):
En resumidas cuentas, hoy la culpa no es Sergio, que nos ha salvado de muchas, es de un equipo que regala demasiados balones y al que vemos que le va faltando esa garra de la que tanto presumimos.
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Betis–Osasuna: falta de garra y errores de pase condenan a los rojillos
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Análisis del Betis–Osasuna: defensa de cinco, doble nueve con Raúl y Budimir, bajas de Aimar y Rubén García y un equipo sin la garra habitual.
Propuestas de título de columna (3/4):
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“Osasuna sin pulso en Sevilla”
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“Cinco atrás y cero ideas”
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“La garra que no apareció”
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“Plan roto antes del minuto 37”