Osasuna-Athletic: la batalla por la cantera navarra de Tajonar
Al acercarse cada temporada el partido de Liga entre Osasuna y el Athletic de Bilbao, resulta imposible apartar de nuestro pensamiento la tirante relación que ha existido y existirá siempre entre ambos clubes. No sé si es una cuestión de política deportiva o de la otra, pero el caso es que parece mentira que, con una población en Vizcaya que duplica a la de Navarra, exista esa obsesión permanente por llevarse jugadores de la cantera de Tajonar.
Tengo muy claro que no “roban” nada, ya que siempre es el propio deportista, sus padres o el representante de turno quien decide responder a la llamada de Lezama, que parece sonar mejor que “Tajonar”. Suele publicarse en los medios deportivos, a grandes titulares, la salida de jugadores de Osasuna hacia Bilbao, pero no se refleja con la misma intensidad cuando regresan de nuevo, ya que allí no caben todos.
Siempre me ha extrañado que los padres tomen decisiones sobre el destino deportivo de su hijo de 12, 13, 14 o 15 años a 160 kilómetros de casa, viviendo fuera del hogar y teniendo que viajar cada fin de semana si quieren verle jugar el partido correspondiente. Por más vueltas que le he dado a este asunto, llego siempre a la conclusión de que no puede ser únicamente el aspecto económico el que prime, y al que Osasuna no puede llegar nunca por el presupuesto que maneja; tiene que haber otros factores que inclinen la balanza a desplazarse tan lejos en lugar de optar por la tranquilidad del hogar.
Esto es lo que, a mi entender, ha de investigar Osasuna: ¿son los métodos de trabajo? ¿Es el progreso o el adelanto temprano en las categorías deportivas? ¿Es el tipo de competiciones en las que participa el club? ¿Una mejor organización interna, más atractiva para las familias? ¿O simplemente el estatus del club, muy superior al de Osasuna? O, quizás, ¿un poco de todo?
No nos volvamos locos. Hagamos nuestro trabajo de la mejor forma posible y adaptémonos a nuestra propia situación y a la realidad que manejamos para poder dominarla. En el año 2004, en una reunión de directivas Athletic–Osasuna en la que yo estaba presente como director de Tajonar, uno de los vicepresidentes del Athletic manifestó:
“Nosotros necesitaremos de la cantera navarra siempre si no queremos asfixiarnos; si es por dinero, pasamos la boina y en la segunda fila ya la hemos llenado” (sic, de Bilbao).
La temporada pasada, en el partido Athletic–Osasuna, según el acta del encuentro, entre ambos equipos había jugadores navarros, de los cuales 8 habían pasado por Tajonar y el resto por clubes convenidos del Athletic en Navarra. Esto no se da en ningún lugar de Europa, para orgullo nuestro.
En la actualidad hay jugadores navarros distribuidos por diversas categorías del Athletic: 9 en el primer equipo, 7 en el Bilbao Athletic, 4 en el Basconia y 3 en el juvenil de División de Honor del Athletic. ¿Están ahí solo por dinero o existen otros atractivos que no llegamos a entender en Osasuna?
Además, hoy en día varios técnicos navarros ocupan cargos de entrenador y otras funciones en diferentes categorías del club del Botxo. Me pregunto: ¿qué interés tiene el Athletic por navarrizar su fútbol? ¿Estamos mejor preparados nosotros? Y, si es así, ¿por qué no lo aprovecha Osasuna?
Cuando hablas con estos técnicos, que trabajan en Lezama, lo primero que te dicen es: “El club apuesta mucho desde el principio por nosotros. Aparte de ser uno de los mejores clubes de España en cuanto a recursos, mantienen una filosofía tan especial que el sentimiento de PERTENENCIA se respira dentro y fuera del campo”. (El Athletic para ellos es su religión)
Quizás todo esto requiera un análisis mucho más profundo por parte de Osasuna, y no creo que la ampliación de Tajonar sea, por sí sola, la solución.