Osasuna - Athletic: Tajonar contra Lezama, o la batalla que no se juega en el césped
"El problema para Osasuna no es sólo mejorar las instalaciones o métodos de trabajo, sino competir en el terreno del relato, de la confianza y del proyecto integral del futbolista".
En la reflexión anterior que hacíamos sobre este tema ya apuntábamos que podían ser diversos factores los que intervenían en la decisión de los jóvenes futbolistas de elegir Lezama en lugar de quedarse en Tajonar. Siempre será difícil acertar en cada caso la causa de la marcha, pero creo que nos podemos acercar bastante, siempre teniendo en cuenta que es sólo una opinión entresacada de la propia experiencia.
-
En primer lugar, apuntaría un factor social y simbólico como es el Athletic en el mundo del fútbol, con un relato muy potente, proyección mediática y percepción de Lezama como vía de entrada al mundo del profesionalismo: mayor visibilidad, prestigio social y “estar más cerca de la élite”. Osasuna, aun siendo un club histórico y respetado, no tiene el mismo peso simbólico fuera de Navarra ni la misma narrativa asociada a la cantera.
-
Hay un factor económico importante, pero no único; no es tanto el salario inmediato, irrelevante en edades tempranas, como la seguridad percibida de “vivir del fútbol”.
-
El factor familiar es uno de los puntos más delicados: algunos padres proyectan en sus hijos sueños no cumplidos, otros sienten orgullo de decir que “su hijo está en el Athletic”, y el miedo a cerrar puertas si rechaza Bilbao.
-
El factor “efecto llamada”: cada navarro que triunfa en el Athletic refuerza el mensaje. Cuantos más casos de éxito hay en Bilbao, más familias se convencen de que esa es la decisión adecuada, aunque estadísticamente no lo sea para la mayoría.
-
En Navarra existe una ambigüedad identitaria que el Athletic ha sabido aprovechar mejor que Osasuna. Para determinadas familias el Athletic se percibe como un club cercano culturalmente; hay una tradición heredada de apoyo al Athletic en muchas zonas navarras, incluso por encima del club propio. Esto hace, emocionalmente, que no se viva siempre como una “traición”, sino como una continuidad natural de afinidades familiares y sociales.
-
Otro factor es el miedo que parece haber en los estamentos deportivos del C. At. Osasuna a que el jugador dé el salto a la categoría siguiente lo más temprano posible; este “acelerar” el acceso a la categoría superior, siempre con prudencia, es algo que, en los equipos dependientes de su cantera, ha de ser una obligación y un emblema para su trabajo.
Conclusión: En medio de todos estos factores entremezclados y sin orden de prioridad, llego a una conclusión: los padres no creo que elijan el Athletic contra Osasuna, sino a favor de una promesa: más futuro, más prestigio, más seguridad y más reconocimiento. El problema para Osasuna no es sólo mejorar las instalaciones o métodos de trabajo, sino competir en el terreno del relato, de la confianza y del proyecto integral del futbolista.