Los extremos se tocan

Aupados por la última encuesta del CNI, en la que se insinuaba que una repetición de las elecciones favorecería a los extremos del espectro político,

tanto el Partido Popular como Podemos se han embarcado en unas estrategias  poco responsables que, de seguir así, conducirán al país a la pérdida de un tiempo precioso y, lo que es aún peor, a la repetición del escenario en que hoy estamos instalados.

Los recientes descubrimientos sobre corrupción masiva en las filas del PP van a contradecir las reciente encuestas, dificultando, por no decir imposibilitando, su permanencia en el poder. Y, en el otro extremo, las tácticas de Podemos, con sus continuas ruedas de prensa y sus provocaciones, se están demostrando más un deseo de obstruccionismo que una apuesta por encontrar esas soluciones que España y los españoles necesitan hoy.

Todos repiten una y otra vez que han entendido el mensaje del electorado que les obliga a pactar por encima de todo, pero muy pocos actúan de forma consecuente con ese mensaje. Y lo cierto es que sus dramatizaciones, las apelaciones al interés general, al bien común y al patriotismo con que se les llena la boca, se vuelven huecas y, tanto en el caso del PP como en el de Podemos, evidencian un objetivo compartido: favorecer sus posiciones partidarias y obtener beneficios personales y cortoplacistas.

Y se equivocan. Si pensaran inteligentemente en sus propios partidos y sus intereses personales, actuarían de forma bien distinta, dando, sobre todo, un ejemplo claro de generosidad que,sin duda, a medio plazo, revertiría en su beneficio.

El Partido Popular debería darse una tregua y afrontar desde la oposición un cambio real en sus estructuras que le permitiera rehacer la deteriorada imagen con que hoy se le contempla. En una palabra: regenerarse.

 Y Podemos, debería asentar su prometida imagen de cambio real, convirtiéndose en una autentica oposición de izquierdas, capaz de ilusionar de verdad a la ciudadanía y demostrándolo en el día a día, con hechos y propuestas concretas, sin artificios ni "postureos". En una palabra: consolidarse.

Porque, de momento, solo Ciudadanos demuestra estar a la altura de las circunstancias y del deseo expresado por los electores,   trabajando por conciliar posturas y facilitar acuerdos.

Y Pedro Sánchez, no sabemos si movido por la generosidad o por un inteligente instinto de supervivencia, está dando también una lección de liderazgo, tanto al país como a sus propios compañeros de partido.