COMERCIO LOCAL

Abrazos, lágrimas y un ramo de flores: la emotiva despedida a Esmeralda en el Mercado del Ensanche

Esmeralda López en su último día de trabajo en el Mercado del Ensanche de Pamplona. Navarra.com
La histórica vendedora de la ONCE recibió una despedida llena de cariño tras quince años en el Mercado del Ensanche, donde clientes y compañeros destacaron su trato cercano y su alegría diaria.

Esmeralda López Suescun  cerró recientemente una etapa que ha marcado la vida cotidiana del Mercado del Ensanche. Tras 15 años atendiendo a los clientes de forma inconfundible, la histórica vendedora de la ONCE vivió su último día entre abrazos, despedidas y una emoción que apenas ha podido disimular. Su jubilación será oficial el 11 de diciembre, justo cuando cumplirá 65 años, una coincidencia que ella misma toma con humor.

En los últimos días, explica que ha sentido un cariño abrumador. Entre la alegría por iniciar una nueva etapa y “un poco de pena” por marcharse, admite que la emoción se le ha desbordado. Asegura que se ha visto sorprendida por la intensidad de las muestras de afecto y por la cercanía de quienes han sido mucho más que compradores habituales.

Natural de Larraga, recuerda que llegó a Pamplona con solo 13 años y que, pese al tiempo vivido en la capital, sigue sintiéndose de su pueblo. Viuda desde hace 22 años, menciona con afecto a su marido, Roberto Pérez Torralba, y señala que su familia —incluido su hijo Lartaun Pérez López— ha celebrado con ella una jubilación que consideran muy especial.

Instalada en Ansoáin desde su llegada a la ciudad, trabajó primero en un supermercado del Monasterio Viejo de San Pedro. Cuando aquel negocio cerró, una prima la animó a solicitar plaza en la ONCE. “Me cogieron”, recuerda. Aquello abrió un camino profesional que se ha convertido en parte del paisaje humano del mercado.

Durante los últimos quince años ha compaginado las mañanas en el Mercado del Ensanche con las tardes en Burlada. El balance, afirma, ha sido “muy bueno, muy positivo”. Reconoce que le ha sorprendido la respuesta de la gente, que asegura quererla “un montón”. Ese afecto la ha acompañado durante sus últimos turnos, en los que las despedidas han sido constantes.

Antes de marcharse, deja su puesto en manos de Izaskun, la nueva vendedora que comenzará el 1 de diciembre. La define como “una chica muy maja” y desea que disfrute tanto como ella del trabajo. Incluso bromea con que anima a los clientes a seguir comprando en ese mismo punto para “hacerle promoción”.

Admite que echará de menos el trato diario con los compradores, esas conversaciones rápidas entre cupones que, en ocasiones, han terminado en abrazos o pequeños detalles. “La gente es muy maja”, resume, consciente de que su marcha deja un vacío sentimental.

Para la nueva etapa tiene planes claros: volver al voluntariado con personas y animales, viajar —“porque no he podido antes”—, bailar y regresar con más frecuencia a su pueblo. Asegura que quiere aprovecharlo todo “mientras me siga el cuerpo”.

Los compañeros del mercado también le han dedicado un adiós muy afectuoso. Afirman que han estado muy a gusto con ella y que les alegra verla comenzar una etapa tranquila. Para Esmeralda, ese ambiente laboral ha sido fundamental y se queda con la sensación de haber trabajado “muy contenta”.

La presidenta de la asociación de comerciantes del Mercado del Segundo Ensanche, Marimar Beroiz, reconoce que la echarán mucho de menos: “Lleva 15 años con nosotros, alegrándonos todas las mañanas con su sonrisa”. Como gesto de agradecimiento, le entregaron un ramo de flores que simboliza esa relación construida durante tantos años.

El coordinador de la sociedad pública Comiruña, Diego Cantero, destaca que el mercado vive estos días un ambiente muy especial por la cercanía de la campaña de Navidad y el encendido del alumbrado. Un escenario lleno de vida que Esmeralda ha compartido día a día y que ahora la despide con emoción.