Comercio Local

El nuevo bar de Pamplona donde el vino y las tapas se dan la mano: “Apostamos por un producto exquisito”

Aritz Barcos y Olivia Gómez en la barra del bar La Sombra en pamplona. Navarra.com
La carta gira en torno al vino y al picoteo de calidad. “Los vinos son de todas las regiones de España”, cuenta su dueño.

El bar La Sombra ha abierto hace pocas semanas en pleno corazón del segundo Ensanche de Pamplona, tomando el relevo de la antigua cafetería Florida, que llevaba tiempo cerrada. Su propuesta es clara: unir el vino y las tapas de calidad en un espacio donde el buen gusto sea el protagonista.

El local, situado en la avenida de San Ignacio número 8, ofrece una experiencia diferente. “Queremos que la gente sienta lo que es un bar de vinos y buenas tapas, sin el ruido del café ni las prisas”, explica su propietario, el pamplonés Aritz Barcos González, de 40 años.

Aritz decidió lanzarse a esta aventura movido por su pasión por el producto y su deseo de romper con la monotonía. “El local es precioso, tiene su punto histórico, y creo que no hay nada parecido. Estoy un poco cansado de ver siempre los mismos vinos en todos los sitios”, comenta con una sonrisa. “Decidí darle una vuelta de tuerca y apostar por un producto exquisito, sensacional, y dar a conocer a la gente otros tipos de vinos”.

En La Sombra no hay café, ni falta que hace. La carta gira en torno al vino y al picoteo de calidad. “Los vinos son de todas las regiones de España”, cuenta su dueño, aunque reconoce que en esta primera etapa “nos hemos centrado bastante en Navarra, sobre todo en vinos de la cuenca de Pamplona, que son raros, más especiales o de autor, y que están dando que hablar”. Todos se sirven por copas, con un precio algo superior al habitual, pero con una intención clara: “Que la gente pueda conocer vinos que de normal no podrían probar en un bar”.

El cuidado por el detalle se percibe desde la cristalería hasta la presentación. “Le damos importancia a la puesta a punto”, señala Aritz. “Queremos darle la vuelta a lo que es un bar normal”. En este espacio el vino es el protagonista, acompañado por productos que buscan realzar la experiencia.

También hay hueco para la cerveza, pero no cualquier cerveza. “Somos los primeros en montar esta artesana que viene de Hernani, elaborada por dos chicos californianos”, explica. Y si el vino y la cerveza se cuidan, la parte gastronómica no se queda atrás. “Tenemos buenos quesos para darle importancia al picoteo frío”, apunta.

Los pescados llegan de fuera y mantienen un nivel alto de calidad. En la carta destacan la selección de quesos, la anchoa, la sardina, la merluza, los carpaccios y la tostá escalibada, entre otras opciones que van rotando. “Queremos que siempre haya algo nuevo, que la gente se sorprenda”, comenta el propietario.

Desde su apertura, la acogida ha sido excelente. “Ha ido en progresión, súper bien. Las mañanas superan las expectativas que teníamos. A partir de las 13 horas hay bastante jaleo, y por la tarde también. La gente del barrio ya nos conoce y vienen. Tenemos parroquianos. Los fines de semana va genial”, cuenta satisfecho.

El ambiente acompaña la propuesta. La decoración en tonos negros, sobria y elegante, ha sido pensada para invitar a la calma. “La pusimos a propósito para crear un ambiente de serenidad, de elegancia, de tranquilidad, para descansar del jaleo mundano. Queríamos crear ese concepto de vino y bienestar”, detalla Aritz. Y, según reconoce, la idea ha calado: “La aceptación ha sido buenísima”.

El pamplonés no es nuevo en el mundo de la hostelería. También dirige el bar Moonshine, en la calle Tajonar 12 de Pamplona, un local con una filosofía distinta, centrada en el café, las hamburguesas y los whiskys de importación. “Es totalmente diferente. Se da mucho café por la mañana. Trabajamos con la gente que acude a los edificios inteligentes, con hamburguesas, tortillas de patata, fritos y bocadillos con buen producto”, explica.

Antes de dedicarse de lleno a la restauración, Aritz trabajó en el ámbito de la seguridad, aunque confiesa que la hostelería “siempre la he llevado dentro”. Ahora está centrado en La Sombra, aunque reconoce que ya tiene nuevos planes. “Tengo en mente abrir un tercer local con un concepto diferente, que no hay en el segundo Ensanche, cerca de la Plaza de Toros”, avanza con cierto misterio, sin querer desvelar el nombre.

Las reseñas de los clientes en redes sociales confirman el buen momento que vive el nuevo local. “Descubrimos La Sombra y nos sorprendió para bien. Tiene ese equilibrio entre pintxos cuidados, buen producto y un ambiente muy agradable para quedarse un rato. Se nota intención en la cocina y ganas de hacer las cosas con mimo”, escribe una clienta. “Perfecto para venir con amigas a charlar tranquilo con un vino. Sin duda, un sitio al que volver”.

Otro visitante elogia uno de sus pinchos estrella: “El pincho de pato en La Sombra ha sido, sin duda, el mejor de toda la semana del pato. Se nota la calidad del producto Martiko y el mimo con el que está preparado. El sabor, la textura y la presentación, de 10. De todos los sitios que hemos probado, este se lleva el primer puesto tanto en ambiente como en servicio y comida”.