PAMPLONA

La decisión de Príncipe de Viana ante el capricho de Asirón de desterrar las estatuas de los reyes de Navarra

Fotomontaje de Joseba Asirón sobre una foto de las estatuas de los reyes de Navarra del Paseo Sarasate.
Este destierro de las estatuas supone el primer paso para la reurbanización del paseo de Sarasate, que dará comienzo la tercera semana de agosto.

La Institución Príncipe de Viana, dependiente del Departamento de Cultura del Gobierno de la socialista María Chivite acaba de tender la mano al alcalde de Pamplona, Joseba Asirón, dando -según el Ayuntamiento de Pamplona- su consentimiento para el destierro de las estatuas de los Reyes de Navarra que presiden el Paseo de Sarasate.

Según el consistorio, Príncipe de Viana ha emitido un informe que avala el capricho de Asirón de gastarse 178.000 euros del bolsillo de todos los pamploneses. Un informe que fue encargado después de haberse tomado la decisión de desterrar a los reyes de Navarra y cuya resolución ha salido después de la licitación del concurso de traslado de las estatuas.

Las estatuas corresponden al taller de Doménico Olivieri y fueron adquiridas en Madrid en el año 1885, de entre las que fueron desechadas para la alta balaustrada del Palacio Real (1753). Están asignadas aleatoriamente a los reyes Iñigo Aritza (770-790), Alfonso I el Batallador (1104-1134), Sancho VI el Sabio (1150-1194), Sancho VII el Fuerte (1194-1234), Teobaldo I (1234-1253) y Juana II de Evreux (1328-1349).

Este destierro de las estatuas supone el primer paso para la reurbanización del paseo de Sarasate, que dará comienzo la tercera semana de agosto y para la que Asirón se gastará más de 10 millones de euros.

Como se recordará tanto Asirón, como sus socios del PSOE de Cerdán y Elma Saiz, bloquearon la iniciativa de reforma del paseo de UPN durante años sólo para anotarse un supuesto mérito. La excusa utilizada por los proetarras y los socialistas fue la denominada "plataforma única", algo que ha quedado de manifiesto que es imposible de realizar en el concurso en el que Asirón ya se gastó una importante cantidad económica.

La solución adoptada para el desnivel entre las aceras ha sido un paseo inclinado que en los días de lluvia -dicen- generará problemas en la zona norte del paseo, junto a la acera de la Iglesia de San Nicolás.

Y para encubrir lo de la plataforma única, defienden que el trazado de líneas diagonales, separadas cada 25 metros y rotadas 45 grados respecto al eje principal, permiten conectar de forma continua las aceras. Lo que no dicen es que para no talar ningún árbol toda la zona central del paseo conserva su cota original y que la supuesta plataforma única será un recorrido en zig zag entre los parterres.