SOCIEDAD
El pueblo de Navarra donde Joan Manuel Serrat tiene a sus mejores amigos y aún le llaman “Juanito”
El cantautor catalán recuerda con emoción los veranos de su juventud en Navarra, donde aún lo conocen como “Juanito”.

Joan Manuel Serrat ha cumplido 81 años convertido en una figura esencial de la cultura iberoamericana. Su voz, sus letras y su compromiso han acompañado a millones de personas durante décadas.
Pero si algo sorprende de su trayectoria es la cercanía con la que habla de sus raíces personales, más allá de los escenarios. En una reciente entrevista, el cantautor catalán ha revelado el papel que ha tenido un pequeño pueblo de Navarra en su vida: no como destino artístico, sino como el lugar en el que forjó sus amistades más profundas.
A pesar de residir desde hace años en su querido barrio de Poble Sec, en Barcelona, Serrat ha confesado que hay un rincón en España que considera tan suyo como su ciudad natal. Allí pasó parte de su adolescencia, sin fama ni canciones, y fue acogido como un vecino más. "Allí no soy Serrat, soy Juanito", cuenta con una sonrisa.
“Mis padres me dejaron caer ahí en un verano determinado porque no tenían dónde meterme”, recuerda el autor de Mediterráneo al hablar de este lugar al que regresó durante años. Lejos de sentirse un extraño, Serrat encontró allí algo que no ha cambiado con el tiempo: la amistad verdadera. “Hice los amigos que se hacen normalmente. Mis mejores amigos son casi todos de la infancia”, ha contado.
Ese pueblo es Viana, en la merindad de Estella, muy cerca de La Rioja. Allí, entre paseos, juegos y confidencias adolescentes, el joven Serrat empezó a construir parte de lo que sería su universo vital. Tanto es así que, como él mismo explica, si a sus hijos les preguntan de qué pueblo son, responden sin dudarlo: “De Viana”.
El vínculo con este municipio navarro se mantiene intacto. Para Serrat, no es un lugar de paso, sino parte de su biografía emocional. Años después de su estancia allí, el artista continúa recordándolo con un cariño especial. No hay en sus palabras nostalgia impostada, sino gratitud sincera.
En esta conversación con la BBC, Serrat también ha reflexionado sobre su trayectoria y lo que significa haber marcado la vida de varias generaciones. “Me siento en parte orgulloso y en parte responsable”, reconoce. “Responsable de que las cosas ocurran de esta manera, de que ocurran porque yo he escrito las canciones, las he cantado, las he compartido y he empujado este carro”.
También abordó la cuestión de la madurez con una mirada crítica a la sociedad: ha señalado que “al llegar a los 80 años esta sociedad ingrata tiene tendencia a jubilarte, no solo el trabajo, sino hasta la visibilidad”. Pero Serrat no renuncia: defiende su derecho a seguir visible y útil.
Reafirma sus ganas de vivir: “Tengo todas las ganas de vivir y no me las van a quitar mientras pueda sentir esa maravilla que es la vida”. Y aunque considera que hoy vivimos tiempos difíciles en los que sentir puede parecer débil, él insiste en que “el ser humano merece una vida más justa y solidaria”.
Como reflejo de su vigencia, el próximo 26 de septiembre recibirá el IX Premio de Cultura de la Universidad de Sevilla, un reconocimiento a su trayectoria artística, su compromiso social y su legado poético-musical que sigue vivo en la memoria colectiva.