El alcalde de Pamplona, Joseba Asirón ha dado un nuevo paso en su proyecto de transformación del Paseo de Sarasate. A pesar de que bloqueó de acuerdo con el PSN el proyecto cuando estaba en la oposición y de que aseguró que no se talaría ningún árbol para acometer su remodelación (cuestión que está por ver); a pesar de que insiste en que todo el paseo se remodelará sobre una plataforma única (lo cual también está por ver), lo cierto es que la primera medida que ha tomado es la de desterrar a los reyes de Navarra que presiden desde principios del siglo XX el paseo.
El Ayuntamiento ha aprobado un gasto de 178.722,49 euros para desmontar y trasladar las seis estatuas desterrándolas del centro, para reubicarlas en el parque de la Taconera.
El contrato, aprobado por la Junta de Gobierno Local, contempla también la restauración de las esculturas y la instalación de nuevas cimentaciones en su nueva ubicación, en la zona ajardinada que da al mirador este de la Taconera. El proyecto se ejecutará a partir de la tercera semana de agosto, y el traslado de cada escultura —junto a su pesada base de entre 6.000 y 7.000 kilos— durará aproximadamente una semana.
Las estatuas de piedra, obra del escultor barroco Doménico Olivieri, fueron adquiridas en 1885 en Madrid y representan a figuras como Iñigo Arista, Sancho el Fuerte o Juana II de Evreux. Aunque fueron concebidas originalmente para el Palacio Real, llevan más de un siglo formando parte del paisaje urbano pamplonés. Ahora, sin apenas debate público, serán relegadas a un espacio secundario.
La decisión se enmarca dentro del proyecto ‘Isolíneas’, una controvertida remodelación integral del paseo Sarasate que eliminará las referencias a los antiguos reyes de Navarra para sustituirlas por una plataforma única con líneas diagonales que conectarán las aceras del Banco de España y la iglesia de San Nicolás. Las obras del nuevo paseo comenzarán a finales de octubre, tras la adjudicación prevista en septiembre.