San Fermín

Jaime, el pamplonés de 22 años secretario de una peña de San Fermín: "El Riau-riau oficial debe volver"

Jaime Bravo junto al vallado del encierro muy cerca de la Plaza de Toros de Pamplona. Navarra.com
“Es una tradición centenaria que se ha perdido, o mejor dicho, que la han hecho perder los violentos. Sería bueno recuperarla”, ha asegurado.

Tiene 22 años, estudia un máster en Archivística y es quien firma y presenta todas las instancias ante el Ayuntamiento cuando se acercan los Sanfermines. También coordina los abonos, gestiona los permisos, mantiene el contacto con la charanga y se implica en cada detalle de la programación.

Jaime Bravo, estudiante de Historia por la Universidad de Navarra, se ha convertido en una pieza clave de una de las peñas más singulares de Pamplona. “Entré porque me lo pidieron unos amigos, me aseguraron que sería algo tranquilo... pero no. Hay que trabajar un montón”, confiesa con media sonrisa.

Se hizo socio en 2020, sin tradición familiar, simplemente por amistad. Dos años más tarde, tras un cambio de junta, asumió la secretaría. “Todos en la junta somos estudiantes, salvo la tesorera. Yo me ocupo de toda la relación con la administración, de preparar documentos, escritos y solicitudes... y en San Fermín hay bastante faena”, ha contado.

Con más de un centenar de socios, la mayoría jóvenes, y un modelo de gestión humilde, esta peña ha demostrado que no hace falta tener local para mantenerse activa. “No tenemos un espacio propio y por eso cobramos muy poco. Los jóvenes pagan 7 euros al mes, la cuota individual es de 10 y la familiar 14. Lo que ofrecemos son sobre todo los abonos de San Fermín”, explica. Son 60 entradas para la andanada de sol, y cada año las colocan sin dificultad.

Durante las fiestas, uno de los momentos más importantes para ellos es el Riau Riau alternativo, que convocan junto a una asociación de jubilados. "Vamos a seguir peleando por el Riau Riau hasta que el Ayuntamiento vuelva a salir en corporación", asegura Bravo.  Para él, no es un capricho, sino una forma de reivindicar lo que considera una costumbre esencial. “Es una tradición centenaria que se ha perdido, o mejor dicho, que la han hecho perder los violentos. Sería bueno recuperarla”.

La peña también organiza un pequeño concurso de música folclórica en uno de los días festivos. Y este año entregarán el Premio Riau Riau al Baile de la Alpargata, probablemente el 9 de julio. En su calendario sanferminero no falta la salida a los toros ni la noche con charanga del día 8. “El resto del año solemos montar alguna excursión a Javier o comidas informales entre socios”, añade.

Reconoce que su relación con el resto de peñas ha sido en el pasado tirante, pero hoy conviven sin mayores problemas. “No tenemos relación con la Federación de Peñas ni nos interesa entrar, por todo el tema político que hay. Nosotros salimos los últimos de la plaza y cada uno va por su cuenta. Esa es la esencia de la fiesta”, defiende Bravo.

La historia de esta peña comenzó con un porrón de clarete y un grupo de amigos el 21 de agosto de 1992, por iniciativa de Joaquín Baleztena Gurrea, en el bar Vinos El Cosechero, conocido como El Marrano. Aquel día nació una peña apolítica, cultural y muy festiva, con el propósito de fomentar un ambiente tradicional pamplonés, promover el folclore y el patrimonio de Navarra, y mantenerse al margen de cualquier vulgaridad o gamberrismo.

Pancarta de la peña Mutilzarra para los Sanfermines de 2025.

A lo largo de los años han pasado por distintas ubicaciones: la calle Descalzos, la bajada del Labrit, un piso en la calle Ciudadela, San Gregorio... Este año volverán a reunirse en un bar de la calle García Castañón. Han cumplido ya 33 años y lo han hecho fieles a una máxima: seguir adelante, sin etiquetas y sin perder el espíritu original de cuadrilla. Su nombre: Peña Mutilzarra.