Los cinco navarros que serán ordenados en la Catedral de Pamplona: "Va a ser un reto"
La Catedral de Santa María la Real de Pamplona acogerá este domingo, 29 de junio, a las seis de la tarde, la ceremonia de ordenación de un sacerdote y seis diáconos, en una celebración que estará presidida por el arzobispo de Pamplona y Tudela, monseñor Florencio Roselló.
Entre los ordenandos destacan cinco navarros que han dado el paso decisivo hacia el sacerdocio o el diaconado. Tres de ellos Jon Díaz, Manuel Torralba y David Gutiérrez, serán ordenados como diáconos transitorios, mientras que otros dos Beñat Goñi e Iván Ruiz lo harán como diáconos permanentes.
El único que será ordenado sacerdote es José Humberto Chamalé, nacido en Guatemala y formado en el Seminario Redemptoris Mater.
El arzobispo Roselló ha hecho un llamamiento a toda la diócesis para acompañar a los nuevos ministros, animando a los fieles a orar por ellos “para que no se sientan nunca solos”.
En un artículo publicado esta semana en la revista La Verdad, ha subrayado la importancia de su decisión: “Han elegido un camino mejor, un tesoro mayor: consagrarse a Dios como sacerdote o diáconos en la diócesis y para la diócesis de Pamplona y Tudela”.
Tres nuevos diáconos transitorios navarros
El villavés Jon Díaz Elduayen, de 35 años, ha recorrido un proceso de búsqueda personal que le llevó al Seminario Diocesano San Miguel Arcángel. “Sentía que, aun teniéndolo todo, me faltaba algo en la vida”, afirma. Durante su formación ha estado en parroquias de Pamplona, Azagra y la zona de Roncesvalles.
Desde Tafalla proceden los otros dos futuros diáconos: Manuel Torralba Lizasoain, de 30 años, y David Gutiérrez Setas, de 50. Manuel, médico de formación, explica que “desde antes de estudiar la carrera ya notaba esa inquietud vocacional”.
David, por su parte, se ha mostrado “muy agradecido a la comunidad, a los estudios y a su familia, que ha sido clave en este proceso”.
Dos diáconos permanentes de Pamplona
Entre los nuevos diáconos permanentes, dos son pamploneses. Beñat Goñi Baraibar, de 42 años, afronta el reto de compatibilizar el ministerio con su vida laboral y familiar. “Siento nervios, pero también mucha paz”, confiesa.
También es de Pamplona Iván Ruiz Redondo, de 46 años, quien comenzó como catequista en Sangüesa y descubrió poco a poco que esa vocación tenía un nombre: el diaconado permanente. “Sentía que el Señor me llamaba a algo, aunque ya estaba casado y con hijos”, cuenta.
El tercero en este grupo es Eloy Robles Cortés, de 51 años y natural de Motril (Granada). Reconoce que no conocía el diaconado hasta que un sacerdote se lo propuso. “Investigué y vi que había una trazabilidad muy bonita entre esta vocación y las aspiraciones de mi vida”, ha expresado.
Un sacerdote guatemalteco para la diócesis
El único que será ordenado sacerdote es José Humberto Chamalé, de 34 años y originario de San José Pinula (Guatemala). Tras formarse en el Seminario Internacional Redemptoris Mater, ha destacado cómo su entorno ha cambiado su visión sobre él: “Al principio me veían como alguien raro, pero ahora se acercan a hablarme sobre lo que les pasa en sus vidas”.
Qué diferencia hay entre un sacerdote y un diácono
Un sacerdote ha recibido la ordenación completa, lo que le permite celebrar la misa, confesar y administrar todos los sacramentos. Los diáconos transitorios, como paso previo al sacerdocio, pueden bautizar, presidir matrimonios y funerales, y proclamar el Evangelio, aunque no pueden consagrar la Eucaristía ni confesar.
Por su parte, los diáconos permanentes —normalmente casados y con familia— prestan servicio de forma estable en la Iglesia. Su labor incluye la liturgia, la predicación, la administración de sacramentos y el acompañamiento a los necesitados, compaginándolo con su vida personal y profesional.
La Catedral de Pamplona se convertirá este domingo en el epicentro espiritual de la diócesis para acoger a estos siete nuevos ministros, con un especial protagonismo de los cinco navarros que han respondido a su vocación con compromiso y esperanza.