Soy dietista y sé cómo transformar la tristeza en alegría gracias a estos alimentos en tu dieta
Cuidar los hábitos diarios, como una alimentación equilibrada, es clave para transformar la tristeza en energía positiva, según los expertos. Este consejo resulta especialmente relevante en días como el 'Blue Monday', conocido como el día más triste del año, que se celebra el tercer lunes de enero.
Aunque no existen pruebas científicas que confirmen que este día sea objetivamente el más complicado, sí refleja una percepción social generalizada: el invierno, con sus días más cortos, fríos y oscuros, unido al regreso a la rutina tras la Navidad y el aumento de la carga de trabajo en enero, puede generar una sensación de mayor desánimo en muchas personas.
Para combatir estos efectos, una dieta rica en legumbres, verduras y frutas no solo beneficia al cuerpo, sino también a la mente. Según la dietista-nutricionista Laura Jorge Martínez, los alimentos ricos en nutrientes esenciales, como vitaminas, minerales y antioxidantes, influyen directamente en el cerebro, regulando los neurotransmisores responsables de nuestras emociones, como la serotonina y la dopamina, que son fundamentales para mantener un estado de ánimo positivo.
Además, mantener una dieta equilibrada forma parte del autocuidado, un hábito esencial para mejorar el concepto que tenemos de nosotros mismos. "Cuidar lo que comemos no es solo una cuestión de salud física, sino también mental. Alimentarnos bien nos permite sentirnos más fuertes, activos y con energía para enfrentar el día a día", comenta la experta.
No obstante, Laura Jorge subraya que tener una relación saludable con la comida no se trata únicamente de "comer sano", sino también de disfrutar de los sabores, ser flexibles y comer de forma coherente con los valores personales. "Importa tanto el qué comemos como el cómo lo hacemos", añade.
Alimentos que fortalecen cuerpo y mente
Tanto Laura Jorge como la reconocida nutricionista británica Emma Derbyshire coinciden en que incluir ciertos nutrientes clave en la dieta puede marcar una gran diferencia para mejorar el bienestar mental y emocional.
- Omega 3: Este ácido graso, presente en alimentos como las nueces, las semillas de lino y las algas, es conocido por sus efectos positivos en la salud cerebral, ayudando a prevenir la fatiga, reducir la ansiedad y mejorar los síntomas de la depresión.
- Vitamina B12: Fundamental para mantener altos niveles de energía, se encuentra en alimentos fortificados y suplementos de origen vegetal. Su deficiencia está asociada con el cansancio extremo y el deterioro cognitivo.
- Hierro: Alimentos como el tofu, las lentejas y las espinacas son ricos en este mineral, esencial para combatir el cansancio y mantener la vitalidad. El hierro también ayuda a oxigenar las células, lo que mejora el rendimiento físico y mental.
- Fibra: Consumir alimentos ricos en fibra, como las legumbres y las verduras, no solo mejora la digestión, sino que también estabiliza los niveles de azúcar en sangre, evitando picos de energía seguidos de caídas emocionales.
- Vitamina C: Esta vitamina, presente en frutas como los kiwis, las naranjas y verduras como los pimientos y el brócoli, es clave para fortalecer el sistema inmune y mejorar la energía metabólica. Además, contribuye a mantener la salud de las mitocondrias, que son las encargadas de producir energía en el cuerpo.
- Vitamina D: Durante el invierno, la falta de exposición solar puede reducir los niveles de vitamina D, lo que se ha relacionado con síntomas de depresión, fatiga y otros asociados al Trastorno Afectivo Estacional (TAE). Incluir alimentos como pescados grasos (salmón), lácteos fortificados, yemas de huevo, champiñones y zumos enriquecidos puede ayudar a prevenir estos efectos.
- Ácido fólico: Las verduras de hoja verde, como las espinacas y la col rizada, son ricas en ácido fólico, un nutriente que favorece la producción de serotonina, el neurotransmisor conocido como la "hormona de la felicidad". Las frutas como las bayas también son excelentes aliadas, ya que ayudan a reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés.
Alimentación y emociones: un binomio esencial
Más allá de los beneficios físicos, los expertos destacan que una alimentación consciente y equilibrada tiene un impacto directo en las emociones. Laura Jorge insiste en la importancia de disfrutar de la comida, comer de forma intuitiva y sin restricciones estrictas, y priorizar la calidad de los alimentos sobre la cantidad. "Cuidar la dieta no solo nos hace más saludables, sino que nos ayuda a reconectar con nosotros mismos, aportando estabilidad emocional", concluye.
Apostar por una dieta rica en alimentos variados, frescos y de calidad puede convertirse en la mejor estrategia para mantener una mente sana y afrontar los retos diarios con energía y optimismo. Incorporar estos hábitos alimenticios no solo mejora la salud, sino que también proporciona una herramienta poderosa para combatir el desánimo típico de esta época del año.