Sociedad

Los bosques en Navarra más impresionantes en otoño para darse un baño de hojas

Bosque de Quinto Real. JUAN MARTÍNEZ / TURISMO DE NAVARRA

Desde la Selva de Irati y hasta el Bosque de Quinto Real, entre otros muchos, ofrecen estampas increíbles. 

El otoño convierte a Navarra en un paraíso para los amantes de la naturaleza que disfrutan con los cambios de color en sus grandes bosques. El Bosque de Quinto Real, el Señorío de Bertiz o la Selva de Irati, entre otros, son los que se tiñen de tonos amarillentos o rojizos dejando unos paisajes de postal. 

Estos lugares ofrecen múltiples rutas de senderismo que permiten descubrir la riqueza natural de la región, con la oportunidad de pasear entre hayedos, robledales milenarios y disfrutar de vistas panorámicas que capturan la esencia del otoño.

El Parque Natural del Señorío de Bertiz, ubicado a orillas del río Bidasoa, es uno de los mejores ejemplos de la diversidad natural de Navarra. Este parque, que cuenta con más de 2.000 hectáreas de bosque atlántico, es un tesoro tanto por su biodiversidad como por su historia.

En la entrada, los visitantes son recibidos por un jardín botánico de más de un siglo de antigüedad, con especies de todo el mundo. Además, el parque alberga un centro de interpretación, un palacio y un parque infantil, lo que lo convierte en un destino perfecto para toda la familia.

Los senderos del Señorío de Bertiz permiten a los visitantes explorar sus frondosos bosques de robles, hayas y alisedas. Existen rutas para todos los niveles, desde paseos cortos de 30 minutos hasta rutas más exigentes de hasta siete horas.

Durante el recorrido, el característico olor del musgo húmedo y la frescura de los helechos envuelven a los caminantes, mientras los setas, hongos y frutos del bosque añaden un toque de color y vida a los senderos. Si tienes suerte, es posible que te cruces con algún ciervo o, según cuenta la leyenda, escuches el canto de las lamias, sirenas mitológicas que protegen el Valle de Bertizarana.

Pero Bertiz no es el único paraíso otoñal en Navarra. A pocos kilómetros se encuentra la Selva de Irati, el hayedo-abetal más grande de Europa y uno de los mejor conservados. Este inmenso bosque, lleno de colores vibrantes durante el otoño, ofrece una vasta red de senderos que permiten a los visitantes sumergirse en un entorno natural lleno de vida.

Caminos que conducen a cascadas, como la del Cubo, o a ermitas como la de la Virgen de las Nieves, son solo algunos de los muchos atractivos que se pueden descubrir en Irati.

Bosque de Orgi. FRANCIS VAQUERO / TURISMO DE NAVARRA

Además, Navarra alberga otros hayedos menos conocidos pero igualmente espectaculares. Uno de ellos es el Bosque de Basajaunberro, en Roncesvalles, un lugar cargado de historia y leyendas que serpentea entre praderas y árboles centenarios. También merece la pena mencionar el Bosque de Quinto Real, un hayedo de 6.000 hectáreas cerca del embalse de Eugi, que ofrece senderos aptos para todos los públicos y vistas impresionantes.

Navarra también es conocida por sus majestuosos robledales. Árboles centenarios que han sido testigos del paso de la historia y que siguen impresionando a los visitantes con su tamaño y longevidad. El Bosque de Orgi, en el Valle de Ultzama, es un robledal centenario accesible para personas con movilidad reducida y perfecto para pasear en cualquier época del año. El paseo es sencillo y permite adentrarse en un entorno mágico donde los robles monumentales dominan el paisaje.

En definitiva, Navarra en otoño ofrece un sinfín de oportunidades para conectar con la naturaleza. Desde los bosques atlánticos del Señorío de Bertiz, pasando por la inmensa Selva de Irati y los encantadores hayedos de Quinto Real, hasta los robledales milenarios de Etxarri Aranatz. Un auténtico paraíso para los amantes del senderismo, la fotografía y la tranquilidad que solo la naturaleza puede ofrecer en esta mágica estación del año.