SOCIEDAD

Una investigación de la Clínica Universidad de Navarra abre la puerta a la cura de una molesta enfermedad

La Dra. Marta Ferrer, especialista en Alergología de la Clínica Universidad de Navarra y decana de la Facultad de Medicina. CLÍNICA UNIVERSIDAD DE NAVARRA
Usando Inteligencia Artificial han conseguido localizar posibles dianas terapéuticas cuya inhibición evita los síntomas. 

Una investigación de la Clínica Universidad de Navarra ha abierto la puerta a la cura de la molesta enfermedad de la urticaria crónica, gracias al uso de la Inteligencia Artificial. 

La urticaria crónica es una enfermedad autoinmune de origen desconocido que afecta a más de 300.000 personas en España. Sus efectos, tanto dermatológicos como psicológicos, impactan significativamente en la vida de los pacientes, y a pesar de los avances en medicamentos biológicos, aún no se ha encontrado una cura definitiva. Frente a esta situación, especialistas de todo el mundo han centrado sus esfuerzos clínicos y científicos en la búsqueda de nuevos tratamientos que mejoren el manejo de esta afección cutánea.

En este contexto, la Dra. Marta Ferrer, del Departamento de Alergología de la Clínica Universidad de Navarra, participó en la sesión inaugural del World Allergy Congress (WAC’24), organizado por la Sociedad Mundial de Alergología, para presentar los primeros resultados de un estudio que utiliza la biología de sistemas en la búsqueda de nuevas dianas terapéuticas para el tratamiento de la urticaria crónica.

Durante su intervención en este congreso internacional, celebrado en Portugal, la Dra. Ferrer, quien también es decana de la Facultad de Medicina de la Universidad de Navarra, presentó los hallazgos iniciales de una investigación realizada junto con la compañía Anaxomics Biotech. Este estudio se basa en el uso de redes neuronales computacionales para integrar datos biológicos, farmacológicos y clínicos, con el fin de crear modelos matemáticos que identifiquen nuevos mecanismos de acción y posibles dianas terapéuticas.

La Dra. Ferrer explicó que los ensayos clínicos en curso en la Clínica están enfocados en inhibir moléculas de señalización celular y anticuerpos que actúan sobre los receptores del mastocito, una célula clave del sistema inmunológico involucrada en la activación de las reacciones alérgicas.

La especialista señaló que los resultados obtenidos "podrían ayudar a entender mejor los mecanismos de acción terapéuticos de la urticaria crónica y permitir avanzar en el desarrollo de nuevos tratamientos, siempre considerando el perfil del paciente como parte de nuestra estrategia de medicina personalizada", afirmó la Dra. Ferrer.

Los modelos matemáticos han demostrado que tanto los tratamientos dirigidos contra la inmunoglobulina E (anti-IgE) como los inhibidores de la tirosina quinasa de Bruton tienen un impacto directo en la activación de las células inmunitarias. El primero bloquea la unión de la IgE a su receptor, mientras que el segundo inhibe una enzima clave en este proceso, evitando así la aparición de los síntomas.

Por otro lado, se ha confirmado que los tratamientos anti-interleucinas y anti-Siglec-8, que bloquean diferentes proteínas, no actúan sobre los mastocitos, sino que afectan a otros aspectos del sistema inmunológico, específicamente la inmunidad adaptativa, que responde de forma más específica y lenta a infecciones y alergias.