TRIBUNALES

Un juez archiva la causa por amenazas contra el presidente del Tudelano: "Ya dije que todo era un bulo"

Ramón Lázaro Martínez, propietario del CD Tudelano SAD, en una rueda de prenas anterior. CEDIDO
El tribunal considera que no hay indicios de delito en el caso del presidente del C.D. Tudelano, acusado de amenazas con un abrecartas.

El Juzgado de Primera Instancia número 2 de Tudela ha archivado definitivamente la denuncia contra Ramón Lázaro Martínez, presidente del Club Deportivo Tudelano SAD, al considerar que no ha sido “debidamente justificada la perpetración del delito”.

El auto judicial, fechado el 21 de octubre, se emitió inicialmente con carácter provisional, pero ha pasado a ser firme tras no presentarse ningún recurso. La resolución pone fin al procedimiento abierto el 12 de mayo de 2025 a raíz de un atestado de la Policía Foral por un presunto delito de amenazas.

Durante la instrucción, el juzgado practicó diversas diligencias de investigación, concluyendo que no se han acreditado las supuestas amenazas de muerte que se difundieron públicamente.

Por tanto, el tribunal ha determinado el archivo de la causa y la inexistencia de indicios penales contra el dirigente del club ribero.

Ramón Lázaro ha celebrado la decisión judicial y ha querido recordar que “desde el minuto cero dije que los hechos no eran ciertos, que todo fue fruto del acaloramiento, pero que nunca amenacé con un abrecartas a nadie, como han corroborado los testigos”.

El presidente del Tudelano ha explicado que el episodio en la notaría se produjo “por una discusión muy acalorada” con los empresarios valencianos que habían mostrado interés en adquirir el club, ya que “modificaron sensiblemente las condiciones previamente pactadas”.

Desde el primer momento dije que esto era un bulo malintencionado, que no entendía nada porque se estaba dañando no sólo a mi persona, sino también la imagen del club, y que los hechos fueron muy distintos de lo que se contó”, ha destacado Lázaro.

Además, ha afirmado que siempre ha mantenido su confianza en la Justicia, convencido de que “las mentiras tienen las patas muy cortas, aunque el daño ya está hecho”.