Comercio Local

La cariñosa despedida de una clínica veterinaria de Pamplona después de 13 años de trabajo

Fachada de la Clínica veterinaria Mi Amigo en el barrio de la Milagrosa en Pamplona. MIGUEL OSÉS.
"De verdad, muchas gracias por habernos hecho la vida más bonita con vuestras visitas aquí. Nunca os olvidaremos", señalan con tristeza.

La clínica veterinaria 'Mi Amigo' en Pamplona, dedicada sobre todo a cuidar de perros y gatos, ha cerrado sus puertas después de trece años de vida laboral en el barrio de la Milagrosa.

'Mi Amigo' estaba situada en la calle Manuel de Falla 33. Muy cerca de otros establecimientos que hemos conocido en este apartado de comercio local en la capital navarra.

Como es el caso, por ejemplo, de la bodega Leyre que dirige Alberto Urralburu y abrió su abuelo en el año 1957, o el YogaOne Arrosadía que está junto a la plaza Alfredo Floristán.

La pamplonesa Cristina Asenjo abrió la clínica hace trece años cuando ella tenía solo 22 años: "Acabé mi formación en 2009 como ayudante técnico veterinario y quería dedicarme a cuidar animales".

"Después de pensarlo mucho me lancé a la piscina pese a la crisis económica de 2011. Los adoro, los quiero y no puedo estar sin ellos. Son el aliciente de mi vida", dijo en una entrevista a Navarra.com en referencia a los animales. 

Posteriormente, también contó con Claudia Guerra como peluquera y Gemma Hurtado como veterinaria: "Son excelentes trabajadoras. Hacíamos un equipo muy bueno con un ambiente de trabajo muy agradable. Me alegro que las dos hayan encontrado trabajo", asegura Cristina, que se ha tomado un año sabático para recuperarse del cansancio acumulado.

Uno de los detalles que comentaba Cristina con los perros y gatos era el siguiente: "Algunos dueños nos dicen que los animales cuando pasan delante de la clínica quieren entrar. Vienen muy contentos y felices. Me dicen que eso no lo han visto en ningún sitio", explica como uno de sus grandes logros conseguidos en estos años de trabajo. 

Otro detalle es que hasta hace unos años, cuando la gente recogía pequeños perros y gatos abandonados en huertas o junto a los coches y se los entregaba. "Los cuidábamos por nuestra cuenta y los dábamos en adopción gratis. Ahora por ley no se puede hacer y solo ponemos en contacto a sus dueños con las personas que desean adoptar".

En sus redes sociales han dicho adiós a sus clientes: "Desde la Clínica MiAmigo nos despedimos con mucho cariño de todos los que habéis confiado en nosotras para cuidar de vuestros compañeros de vida. Ha sido un placer y un gusto atenderos".

Sin embargo, todo tiene un fin… y el 30 de agosto es nuestro último día. ¡Gracias!. De verdad, muchas gracias por habernos hecho la vida más bonita con vuestras visitas aquí. Nunca os olvidaremos".