Una carnicería de Pamplona se ve obligada a cerrar uno de sus locales: “A nosotros también nos duele un montón”
Pamplona pierde esta semana uno de sus comercios más conocidos del Segundo Ensanche. Un negocio de los de toda la vida, con nombre propio y clientela fiel, ha decidido echar el cierre a una de sus tiendas tras más de una década de servicio. La decisión, aunque meditada, llega acompañada de tristeza: “A nosotros también nos duele un montón”, confiesan sus propietarios.
Este viernes 31 de octubre, a las 20 horas, bajará la persiana el local de la carnicería José y Dani situado en la calle Paulino Caballero 16, abierto hace catorce años. El motivo, explican, es la falta de personal cualificado para poder atender correctamente los tres establecimientos que mantienen en la capital navarra.
El negocio, referente en el comercio local pamplonés, concentrará a partir de ahora toda su actividad en las tiendas de Pío XII nº 18 y Benjamín de Tudela nº 10, donde se trasladarán los dos trabajadores del local que cierra. Desde la empresa han querido agradecer públicamente el apoyo recibido durante estos años.
“Queremos agradeceros de corazón vuestra confianza, vuestra cercanía y tantos años de apoyo. Ha sido un placer formar parte de vuestro día a día. Os invitamos a seguir visitándonos en nuestras otras tiendas de Pamplona, donde continuaremos ofreciendo la misma calidad, atención y productos artesanos de siempre”.
En conversación con este medio, José Sandúa Suescun, uno de los socios junto a Daniel Lizarazu Adín, asegura que la decisión se debe únicamente a motivos laborales. “Estamos súper contentos con cómo se trabaja en Paulino Caballero y con la relación que tenemos con los clientes, pero a raíz de una serie de circunstancias nos ha faltado personal, y no hemos conseguido personal cualificado que necesitamos para cubrir bien nuestras tiendas”, comenta.
Con tres locales en funcionamiento, el día a día se ha vuelto complicado. “En dos de ellos estamos muy forzados porque no terminamos de atender bien, vamos muy acelerados, y no nos ha quedado otro remedio que tomar esta decisión drástica que nos da mucha pena”, explica Sandúa, visiblemente afectado. “Nos duele un montón porque estamos muy contentos allí, pero no podíamos seguir dejando medio atendidas las otras tiendas. Nos ha costado, pero vamos para adelante con ello, porque si no, no íbamos a hacerlo bien”.
El empresario destaca que el trabajo en la carnicería requiere una formación específica y mucha dedicación. “Hacemos muchos elaborados que llevan su tiempo, y necesitamos personal preparado. Se presenta gente, pero no encajan en el perfil que buscamos”, lamenta.
La historia de la carnicería José y Dani comenzó en el año 2000, aunque José Sandúa lleva más de 30 años detrás del mostrador, ya que empezó con el anterior dueño. La tienda de Pío XII fue la primera en abrir, a la que se sumaron después el local de Benjamín de Tudela (Mendebaldea) y el obrador de Barañáin, donde elaboran sus precocinados, fritos y ensaladillas. “Una pena lo de Paulino Caballero, pero la vida, tal y como está el tema, nos lleva a ello”, reconoce.
A pesar del cierre, el balance de estos 25 años de trayectoria es más que positivo. “Estamos encantados de cómo nos ha ido, por el recibimiento que hemos tenido en cada una de las tiendas. Incluso cuando hemos cerrado alguna, siempre hemos recibido buenos comentarios. Nos hemos dedicado a dar máxima calidad, buena atención al público y estar al día con las necesidades del mercado”, explica el carnicero.
Durante este tiempo, el negocio ha sabido adaptarse a los cambios en los hábitos de consumo. “Hace años apenas se preparaban fritos o hamburguesas, y hemos evolucionado según la demanda de la gente. Ha sido un vuelco casi general desde que empezamos hasta hoy, ofreciendo cosas que no puede ofrecer cualquiera. Lo hacemos nosotros a nuestra manera, y seguimos adelante”, añade.
Los dos socios se reparten las tareas y continúan plenamente involucrados en el negocio. Daniel Lizarazu se encarga del personal y la logística desde la tienda de Benjamín de Tudela, mientras José Sandúa gestiona las ventas, las compras y los precios. “Los dos hemos estado toda la vida en el mostrador”, recuerdan.
Además, su trabajo ha sido reconocido con varios premios en el concurso de maduración de carne de la IGO Ternera de Navarra: dos primeros premios en 2021 y 2022, con chuletas procedentes de Abaurrea Baja y de la ganadería de Ulzurrun, además de otros dos segundos premios. “La línea de carne que tenemos es la misma, con máxima calidad. Las chuletas de los concursos las puede comprar cualquier cliente cualquier día de la semana. No son especiales para el concurso, y eso nos dice que estamos en buena línea”, destaca Sandúa con orgullo.