Chivite vuelve a lanzarse a los brazos de Bildu en Navarra y pactará con los proetarras su séptimo presupuesto
María Chivite seguirá siendo prisionera de EH Bildu un año más y todas las políticas económicas y fiscales serán condicionadas por los proetarras en Navarra.
Así se deduce del último flirteo político mantenido entre el PSOE de Navarra que, asediado por gravísimos casos de corrupción en su entorno, sabe que su continuidad al frente de las instituciones en la Comunidad foral depende de quienes jamás han condenado los más viles y crueles atentados terroristas ocurridos durante más de 50 años.
Esta semana, el consejero de Economía y Hacienda del Ejecutivo de Chivite anunció con pompa y boato que el techo de gasto no financiero para los Presupuestos Generales de 2026 será de 6.315 millones de euros, procedentes del sudor y esfuerzo de los navarros cuyos impuestos gastan a merced socialistas y proetarras desde 2019.
La portavoz de Bildu en el Parlamento, Laura Aznal, saltaba rápidamente a la palestra para decir que es "una buena noticia" el aumento del techo de gasto para los Presupuestos de la Comunidad foral de 2026, y sentaba las bases de una nueva negociación con la que seguirán exprimiendo al gobierno de Chivite desde la perspectiva independentista abertzale.
Resulta una evidencia que van a alcanzar un acuerdo porque a ambos les beneficia. Bildu sabe que cada año de gobierno del PSOE en Navarra les hace ganar votos, máxime con un Geroa Bai / PNV muy debilitado; de ahí que estén dispuestos a poner todas las facilidades posibles para alcanzar un acuerdo.
Este jueves, durante la celebración del pleno del Parlamento, Aznal interpeló al Gobierno en materia de servicios públicos, y el vicepresidente primero del Ejecutivo, Félix Taberna, convinieron en el debate "la necesidad" de llegar a un nuevo acuerdo para las cuentas del año 2026.
En su turno de respuesta, Taberna –histórico dirigente de Izquierda Unida en Navarra acomodado en la moqueta de los despachos oficiales desde hace años con el PSOE– destacaba que en la actual legislatura el Ejecutivo ha alcanzado dos acuerdos presupuestarios con la formación abertzale y explicaba que van "a por el tercero" (más los cuatro de la pasada legislatura).
Aznal le devolvía el peloteo fundamentando su apoyo al gobierno en el temido "que no gobiernen las derechas", aunque abogaba por "acuerdos claros y concretos para poder seguir avanzando en políticas valientes y de izquierdas".
Ante estas afirmaciones, Taberna respondía que tendrán "oportunidad de llegar a acuerdos como en los anteriores años".
Habitualmente, en años anteriores, esos acuerdos han consistido básicamente en negociar docenas de millones de euros en materia de euskera y cuestiones que acercan a Navarra al independentismo abertzale, al margen de las enmiendas que los bildutarras podían proponer (y aprobar con el apoyo del Gobierno) a cambio de un 'sí a todo' incondicional.
Por su parte, la portavoz del PSN, Ainhoa Unzu, durante su turno de intervención ha dicho que están comenzando ya "negociar unos nuevos presupuestos para Navarra".
Con estas bases, no es descabellado pensar que habrá un nuevo acuerdo y que el paripé de la negociación servirá para poco más que para fijar la cuantía de millones que manejarán los proetarras en enmiendas para sus ayuntamientos y asociaciones allegadas.