Presupuestos y silencio: Bildu, Geroa Bai y Contigo seguirán sostienendo a Chivite pese a las sombras de corrupción
Los socios de Chivite han confirmado que el Presupuesto de Navarra seguirá adelante esta semana, pese al ruido político por los presuntos casos de corrupción y las denuncias de comportamientos machistas en el entorno socialista. El debate de enmiendas parciales ha terminado con un bloque de apoyos que ha vuelto a sostener a María Chivite.
El respaldo de Geroa Bai y Contigo-Zurekin se ha mantenido “inquebrantable”, según el relato que ha dominado la sesión en el Parlamento de Navarra, mientras EH Bildu ha pactado la abstención. Al otro lado, UPN, PP y el Mixto (Vox) han cerrado filas en el rechazo a las cuentas.
En los pasillos de la cámara se ha repetido una idea: que, para los aliados del Ejecutivo foral, “todo da igual” si el objetivo es mantener la estabilidad. En esa crítica se ha mezclado el impacto en Navarra de las investigaciones judiciales mencionadas y el debate sobre la responsabilidad política en el propio Gobierno de Navarra.
En ese contexto se ha puesto sobre la mesa la polémica del túnel de Belate y el papel del consejero de Cohesión Territorial, Óscar Chivite, tío de la presidenta. También se ha citado el informe de Antcorrupción declarando nula de pleno derecho la obra, el reparo suspensivo de Intervención a los sobrecostes y la salida del director general de Obras Públicas, presentada por los críticos como una respuesta insuficiente: "una cabeza de turco".
La oposición ha ligado ese episodio con el denominado caso Cerdán y con la adjudicación de una obra millonaria en la que, según la UCO ha recomendado incorporar las irregularidades detectadas en la adjudicación a la investigación judicial. Además, se han mencionado vínculos con Servinabar, la figura de Santos Cerdán y el caso del secretario de Organización del PSN, Ramón Alzórriz, por la contratación de su pareja en esa empresa, siempre en el marco de acusaciones y reproches políticos.
En la misma cadena de señalamientos se ha citado a Koldo García y la presunta recaudación de “mordidas”, así como contactos de Antxon Alonso con la propia presidenta y con la anterior jefa del Ejecutivo, Uxue Barkos, antes de adjudicaciones de obra pública. Todo ello ha sido utilizado por los críticos para apuntalar la idea de que los apoyos al Gobierno no se han movido pese al deterioro del clima político en Navarra.
Con las posiciones ya fijadas, las cuentas se aprobarán en el pleno de este jueves con el voto a favor de PSN, Geroa Bai y Contigo-Zurekin, y la abstención de EH Bildu. El no llegará de UPN, PP y Vox, sin que se haya abierto una vía alternativa para cambiar el Ejecutivo.
De hecho, ninguno de los partidos de la oposición se ha planteado presentar una moción de censura pese a exigir elecciones “cuanto antes”. “No es el momento”, ha señalado de forma lacónica el regionalista Javier Esparza, mientras el popular Javier García ha argumentado que no quiere “hacer perder el tiempo a los navarros” porque “no va a salir adelante”.
Preguntado por si será candidato en futuras elecciones, García ha respondido que “sin ninguna duda”, aunque no ha despejado el escenario de alianzas. Sobre una posible coalición con UPN, ha subrayado que el PP “estará presente con sus siglas”, y Esparza ha zanjado ese debate con un “no estamos en eso”.
En paralelo, el PSN ha intentado contener el frente del machismo. Su portavoz, Ainhoa Unzu, ha reafirmado el compromiso “firme e inequívoco” con los derechos de las mujeres y ha defendido que “faltar al respeto a las mujeres y exhibir comportamientos machistas” no tiene cabida en el socialismo, porque “ser socialista y ser machista son valores irreconciliables”.
Sobre la corrupción, Unzu ha asegurado que su partido ha actuado “desde el minuto uno” y que “si alguien ha hecho algo tendrá que responder ante la justicia”. También ha insistido en que en Navarra no existe “ningún tipo de prueba” de vinculación con esos casos, una afirmación que ha chocado con el relato de UPN en el debate.
El portavoz regionalista, Javier Esparza, ha acusado a los socios de María Chivite de conformarse con el cese del director de Obras Públicas, al que ha definido como “una broma de mal gusto”. Y les ha reprochado exigir “contundencia” mientras, a su juicio, dejan que se “manche” la institución, convirtiéndose en “cómplices” de una trama que, ha sostenido, “nace en Navarra”.