30 años después de su muerte en el encierro de San Fermín, la familia de Matthew Peter Tassio vuelve a Pamplona
Phil Ward y su hijo Tom Ward han regresado esta semana a Pamplona, en un viaje cargado de recuerdos y emociones, para conmemorar los 30 años del fallecimiento de Matthew Peter Tassio, sobrino y primo de los dos visitantes en la ciudad.
El joven estadounidense murió a los 22 años corneado durante el encierro de San Fermín del 13 de julio de 1995, convirtiéndose en el único fallecido extranjero en la historia reciente de esta celebración navarra.
Desde Estados Unidos han cruzado el océano para reencontrarse con las calles que cambiaron la historia de su familia hace tres décadas, cuando Matthew viajaba con varios amigos por Europa y recaló en Pamplona. Aquella mañana, penúltima de los Sanfermines de 1995, el toro 'Castellano' de Torrestrella se llevó por delante la vida del joven americano en una cornada mortal, cuya noticia viajó en pocas horas por todo el mundo.
La plaza del Ayuntamiento ha sido el lugar más emotivo de su visita esta semana a Pamplona. Allí, en un respetuoso silencio, Tom Ward se ha arrodillado justo en el punto exacto donde su primo recibió la mortal cornada del toro castaño de Torrestrella. Ambos han tocado también con emoción el poste del vallado que recuerda a todas las víctimas mortales de los encierros.
La llegada a Pamplona esta semana marca el inicio de un viaje especial para Phil y Tom, quienes recorrerán España en coche, siguiendo el Camino de Santiago hasta llegar a la ciudad gallega, desde donde continuarán hacia Portugal. Pero, para ellos, la capital navarra era mucho más que la primera parada: era la razón principal del viaje, imprescindible para honrar la memoria de Matthew en un aniversario tan significativo. Aunque para muchos parezca increíble, han pasado ya 30 años.
Padre e hijo no son extraños en esta ciudad. Tom Ward ya había visitado Pamplona en 2005, mientras que Phil, diez años más tarde, en 2015, recorrió el Camino de Santiago en solitario durante más de 40 días, siendo Pamplona su principal destino por la profunda conexión emocional que les une a la ciudad. En esta ocasión se han hospedado en el histórico Hotel La Perla, célebre por ser uno de los lugares favoritos del escritor Ernest Hemingway.
Tom Ward, abogado de prestigio en Denver y con 46 años, junto a su padre Phil, residente en Wisconsin, han recorrido con calma y cariño cada rincón de Pamplona, reviviendo con detalle aquellos días difíciles de 1995. Ambos se han mostrado emocionados al comprobar cómo, a pesar del tiempo transcurrido, el recuerdo de Matthew sigue muy presente en la memoria de la ciudad. Sin embargo, no han podido evitar lamentar que la placa conmemorativa colocada en honor a Tassio ya no permanezca en el lugar donde ocurrió la tragedia.
La anterior alcaldesa, Cristina Ibarrola, impulsó el recuerdo personalizado a cada uno de los fallecidos en el encierro, pero Bildu y el PSN las retiraron sólo por ser una medida de un consistorio de UPN. "Nos hubiera encantado que siguiera colocada esa placa en su memora", expone la familia de Matthew cuando les enseñamos la foto de la placa que llegó a estar colocada en la plaza consistorial.
“Nos sentimos muy bien tratados en Pamplona. También lo vivimos así cuando ocurrieron los hechos. Sus padres y hermanas lo viven de otra manera, porque fue una situación muy dura, pero seguro que cuando regresemos nos preguntarán por Pamplona y por la ciudad”, explican Phil y Tom mientras recorren con cierta emoción las calles de Pamplona. Durante su estancia han querido saber si los encierros mantienen el mismo espíritu y esencia que vivió Matthew, sorprendidos positivamente al constatar que poco o nada ha cambiado desde aquel fatídico día. "Es muy importante que las tradiciones continúen vivas en la ciudad a pesar de lo ocurrido. Entendemos esta forma tan bonita de celebrar la fiesta de Pamplona, algo tan único", dice Tom.
La mañana del 13 de julio de 1995 está grabada en la memoria colectiva de Pamplona. Matthew Peter Tassio, un joven de 22 años que viajaba por Europa tras finalizar sus estudios de Ingeniería Eléctrica, tropezó accidentalmente durante el encierro, levantándose justo frente al toro que acabaría arrebatándole la vida con heridas mortales. Pese al esfuerzo de los servicios médicos, Matthew falleció poco después en el hospital.
Al día siguiente de aquella tragedia, los padres del joven viajaron desde Chicago hasta Pamplona para conocer personalmente los detalles de lo ocurrido, depositaron flores en la plaza y reconstruyeron los últimos instantes de vida de su hijo. Ahora, tres décadas después, su familia ha regresado para recordar y honrar a Matthew, en una ciudad que les ha acogido con el mismo respeto y cariño que aquella difícil mañana de julio.
"Quiero dar las gracias a Pamplona por mantener el recuerdo de Matthew", señala su primo Tom Ward mientras emocionado muestra en su teléfono móvil fotos y fragmentos de vídeo de cuando ambos eran pequeños y jugaban juntos. Estaban muy unidos y la tragedia les separó, pero Tom ha querido que el recuerdo de Matthew siga siempre presente en su familia, por lo que uno de sus hijos lleva el nombre de su primo muerto en Pamplona en el encierro de San Fermín.