El restaurante de comida casera con vistas a un embalse de Navarra que se ha convertido en parada obligatoria
Entre las montañas del norte de Navarra, a pocos kilómetros de Lesaka, se esconde uno de los rincones naturales más tranquilos y sorprendentes de la comarca: el embalse de Endara, también conocido como San Antón. Rodeado de bosques frondosos y senderos que se asoman a los valles del Bidasoa, es un lugar perfecto para perderse entre hayas, robles y cascadas.
El entorno natural ofrece una red de rutas de senderismo para todos los niveles, desde caminatas suaves hasta ascensos más exigentes. Una de las más populares es la ruta circular entre los embalses de Endara y Domiko, que asciende al monte Agiña, a 619 metros, con vistas panorámicas sobre la frontera navarra y guipuzcoana. Con sus 12 kilómetros y un desnivel de 573 metros, combina el encanto del bosque con rincones como la Secuoya de Domiko, un árbol monumental.
Para quienes prefieren trayectos más cortos, existe la ruta de Endara a Kopakoarri y Agiña, de unos 9 kilómetros y dificultad moderada, o una variante baja de unos 10,8 kilómetros, ideal para practicar trail running o BTT. Todas parten desde el aparcamiento del embalse, junto a la carretera NA-4000, y atraviesan un paisaje donde se respira calma y aire puro.
Quienes se adentran en estos caminos suelen coincidir en algo: la experiencia no está completa sin detenerse después a comer bien. Y en este punto, el Bar Aialde se ha ganado su reputación.
Situado en Endara 6, Lesaka, justo encima del embalse, el Bar Aialde ofrece una de las vistas más espectaculares de toda la zona. Desde su terraza panorámica se contemplan los montes de Oiartzun y el reflejo del agua, un escenario perfecto para descansar tras una caminata. El ambiente es tranquilo, con un salón amplio y una chimenea que invita a quedarse cuando refresca.
Su cocina es casera y de temporada, con platos que recuerdan a los de casa: caldo, alubias rojas, sopa de pescado, croquetas, huevos con jamón, tortilla de bacalao, callos, carrilleras, manitas de cerdo o entrecot. Los postres también tienen su fama: flan de huevo, arroz con leche, tarta al whisky o el tradicional Zamin Goxo, un dulce irresistible.
El local está a solo 18 kilómetros por la carretera Lesaka-Oiartzun, dispone de aparcamiento gratuito y suele ser punto de encuentro para excursionistas, ciclistas y viajeros que buscan un rincón auténtico donde comer bien sin prisas. Su ambiente relajado y las vistas al embalse de Endara lo convierten en un refugio perfecto para quienes disfrutan de la naturaleza y la buena mesa.
En definitiva, el plan ideal: una mañana de senderismo entre hayedos y cumbres, una comida tranquila en el Bar Aialde y una sobremesa mirando el agua desde su terraza. Pocas rutas en Navarra terminan tan bien.