Sociedad

La Capilla Sixtina cierra sus puertas para preparar el Cónclave: las claves del proceso

Imagen de la Capilla Sixtina en Roma. José Luis Celada Euba
Se establece que el proceso debe comenzar entre 15 y 20 días después del fallecimiento del Pontífice.

La Capilla Sixtina de Roma permanecerá cerrada al público a partir de este lunes 28 de abril para comenzar los preparativos del Cónclave en el que se elegirá al próximo Papa, tras la muerte de Francisco. Reunión en la que participará un cardenal navarro, François-Xavier Bustillo. 

Así lo han confirmado fuentes de los Museos Vaticanos, responsables de la gestión de este emblemático espacio que cada año recibe más de cinco millones de visitantes.

Aunque todavía no se ha anunciado oficialmente la fecha de inicio del Cónclave, la Constitución Apostólica 'Universi Dominici Gregis', promulgada por Juan Pablo II y modificada por Benedicto XVI, establece que el proceso debe comenzar entre 15 y 20 días después del fallecimiento del Pontífice.

Una vez iniciado, los cardenales menores de 80 años se reunirán en la Capilla Sixtina bajo estrictas normas de secreto. Sobre su tejado se instalará la tradicional chimenea, desde donde la emisión de humo negro o blanco indicará al mundo el avance de las votaciones. El humo negro señalará que aún no hay acuerdo; el humo blanco anunciará que un nuevo Papa ha sido elegido.

La elección del nuevo Pontífice se realiza mediante votaciones secretas, con dos escrutinios por la mañana y dos por la tarde. Para ser elegido, un cardenal necesita alcanzar al menos una mayoría de dos tercios de los votos. Una vez lograda esta mayoría, se preguntará al elegido si acepta el cargo y qué nombre desea tomar. Su aceptación lo convertirá de inmediato en el nuevo Obispo de Roma.

La culminación del Cónclave será anunciada al mundo entero desde el balcón central de la Basílica de San Pedro, donde el cardenal protodiácono, actualmente Dominique Mamberti, proclamará en latín el esperado "Habemus Papam", presentando al nuevo Papa a los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro y a millones de personas que seguirán el momento en todo el mundo.

La sede vacante concluirá oficialmente en ese momento, garantizando la continuidad en el liderazgo de la Iglesia Católica, que cuenta con más de 1.300 millones de fieles en todo el mundo