El espectáculo natural que solo ocurre unas semanas en Navarra al inicio del otoño
Con la llegada del otoño, los bosques navarros vuelven a cobrar vida con un espectáculo sonoro propio de la naturaleza: la berrea del ciervo. Este ritual de apareamiento invita a quienes aman el silencio del monte a escuchar los bramidos de los machos que luchan por imponerse y llamar la atención de las hembras.
En Navarra, uno de los mejores escenarios para presenciar la berrea es la Selva de Irati, un extenso hayedo-abetal situado entre los valles de Aezkoa y Salazar. Allí, durante aproximadamente tres semanas entre mediados de septiembre y principios de octubre, los sonidos guturales del celo resuenan con fuerza al amanecer y al atardecer.
Los machos emiten un mugido profundo, conocido como bramido, para anunciar su presencia y atraer a las hembras. Luego pueden llegar los enfrentamientos entre cornamentas, que son rituales simbólicos, en general sin causar heridas graves, para demostrar vigor y jerarquía.
Dónde escuchar la berrea en Navarra
Además de Irati, existen otras zonas de Navarra donde los ciervos son habituales y donde se puede escuchar la berrea:
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En la Selva de Irati, los bramidos se perciben mejor en zonas profundas del bosque y en pendientes suaves donde la acústica natural favorece el eco.
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El Bosque de Quinto Real es otro punto citado como lugar recomendado para observar la berrea en Navarra.
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El macizo de Quinto Real, localidades como Iragi, Esteríbar, Lantz, Ultzama, Barasurua e incluso en los valles de Erro, Aezkoa, Salazar y Roncal también son zonas donde hay avistamientos de ciervos y donde el bramido puede escucharse.
Cuidados y normas para asistir con responsabilidad
Ver la berrea no es solo un disfrute para los sentidos: también implica actuar con prudencia para respetar a los animales y su entorno. Algunas recomendaciones confiables son:
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Mantener distancia: los ciervos están en un estado de excitación hormonal y pueden reaccionar de forma imprevisible. Es importante no acercarse demasiado.
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Guardar silencio absoluto: cualquier ruido puede alterar su comportamiento o hacer que el espectáculo se interrumpa. Evitar voces, golpes o movimiento brusco.
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No usar luces intensas, flashes ni focos: pueden desorientar a los animales o causarles estrés.
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Permanecer en senderos o zonas permitidas y no invadir zonas restringidas o privadas.
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Evitar interferir en la conducta natural: no intentar atraer, alimentar ni molestar a los ciervos con objetos ni gestos.
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Visitar con guías conocedores del terreno: aquellos que saben dónde ubicarse para escuchar mejor sin perturbar al ciervo. Estas rutas guiadas ayudan a vivir la experiencia de forma segura.
Según Irati Barnean, el mejor momento para oír la berrea es al amanecer o al atardecer, cuando el bosque está más tranquilo y los ciervos más activos.