El puente medieval de Navarra que 'construyó' un diablo y se encuentra en un precioso paraje
La Foz de Lumbier es uno de los paisajes que más asombran en Navarra. Se encuetnra a 35 kilómetros de Pamplona y es una excursión idónea para ir con la familia o con los amigos por su accesibilidad y facilidad del trazado.
El río Irati, a lo largo de miles de años, ha sido el responsable de ir esculpiendo las paredes rocosas de la foz. Tantos años de historia dan también para imaginar narraciones históricas.
Uno de los misterios que rodean a la Foz de Lumbier es el 'Puente del Diablo' o el 'Puente de Jesús'. En concreto, es un arco deruido de 15 metros de altura y es lo primero que se ve desde el acceso meridional. Muchas de las fuentes aseguran que su destrucción fue a principios del siglo XIX durante la Guerra de Independencia.
La construcción del puente es un misterio por la complicada geografía en la que se encuentra. Se dice que existen dos versiones, una de ellas en la que una campesina trataba de obtener agua de la fuente de Liscar para curar la enfermedad de su madre.
En la segunda versión se dice que una criada, Clisantela, quería sanar a la dama que servía. La joven quiso llegar al manantial de aguas curativas y para ello debía cruzar la Foz de Lumbier. Un fuerte viento se llevó su barca, que la amarró para cruzar.
Al no encontrar la forma de ir al otro lado, dicen que se le apareció el diablo para hacerle una oferta que decía que le construiría un puente en menos de un día a cambio de su alma. Cuando el diablo colocó la última piedra, el reloj de sol marcaba ya las siete de la mañana, una hora más tarde de lo prometido. El diablo se fue avergonzado y desapareció dejando a salvo a la joven y ofreciendo una opción para cruzar la foz durante muchos años.
El puente tenía una extensión de 30 metros de largo y dos de ancho. Una leyenda dice que fue el militar Espoz y Mina quien en el año 1811 derrumbó el puente para impedir el paso de los franceses. No obstante, el puente que sí trató de derrumbar fue el Puente de la Ida de Lumbier.
El camino en la Foz de Lumbier está señalizado y discurre junto al río, también atraviesa la roca por dos túneles de 206 y 160 metros de longitud que no poseen luz artificial.
Hay otro segundo recorrido que está señalizado con marcas verdes y blancas. Rodea la foz por las laderas inmediatas y vuelve por el interior de la garganta. Tiene una longitud de poco más de seis kilómetros y 175 metros de desnivel.
Otro atractivo de la Foz de Lumbier es la observación de aves. Puedes disfrutar del elegante vuelo de los buitres leonados desde un mirador situado en la carretera NA-178. Desde ahí se ve un comedero de buitres y enormes rapaces suspendidas en el aires antes de lanzarse sobre su presa.
En Lumbier, puedes visitar el Centro de Interpretación de las Foces que, con exposiciones, audiovisuales y simulaciones, puedes familiarizarte con el entorno natural tanto de la Foz de Lumbier como la famosa Foz de Arbayún.