Muchos turistas que vienen de fuera pueden pensar que Navarra es solo Pamplona y San Fermín, y con suerte les puede sonar Tudela. Pero eso es solo la superficie de lo que es de verdad la comunidad foral. Los pueblos, los valles, los bosques y las sierras, junto con su tradicional gastronomía, son la verdadera cara de Navarra.
Un ejemplo es Ribaforada, un municipio a 107 km al sur de Pamplona, a 15 km de Tudela y que cuenta con más de 3.500 habitantes. Para llegar hasta esta localidad hay que tomar la autopista AP-15 para luego desviarse por la A-68.
En Ribaforada, los primeros asentamientos se remontan al periodo prehistórico. El hecho de que esta localidad estuviera cerca del río Ebro la hizo muy propicia para los pobladores celtas a la hora de establecerse. Más tarde, el lugar conoció la romanización de la comarca como evidencian varios trabajos arqueológicos, entre ellos una importante villa romana.
En 1119 el lugar fue reconquistado de las manos de los musulmanes, junto con Tudela, y se constituyó oficialmente como villa en 1157 gracias al rey Sancho VI el Sabio. Desde el siglo XII hasta principios del siglo XIV, Ribaforada fue señorío de la Orden del Temple. La orden de frailes guerreros fue suprimida y se buscó a los miembros para arrestarlos.
La expulsión de los moriscos, sumada a la crisis demográfica, supuso una reducción drástica de su población, situación que se prolongó hasta el siglo XIX. Durante la Guerra de Sucesión muchas casas fueron abandonadas, causando su ruina. Apenas vivían 70 habitantes cuando la población de Ribaforada comenzó a crecer lentamente.
Uno de los monumentos religiosos más importantes de Ribaforada es la iglesia de San Blas. Este edificio tuvo que ser reconstruido en el siglo XVI sobre la antigua parroquia de San Blas, la cual era del siglo XII. El templo se tuvo que remodelar de nuevo en la segunda mitad del siglo XVII y la parte alta se restauró en la década de los noventa.
La iglesia de San Bartolomé es también un templo de gran relevancia en esta localidad. Esta parroquia, llamada coloquialmente 'iglesia nueva', se levantó en el siglo XX, aunque existía una iglesia anterior a esta y con el mismo nombre desde el siglo XVII.
El núcleo urbano de Ribaforada es atravesado por el Canal Imperial de Aragón, una de las obras hidráulicas más importantes de Europa. Se construyó en la época de Felipe II y, además de regar Ribaforada y otras localidades navarras, tenía como objetivo mejorar el regadío de la antigua Acequia Imperial de Aragón, llevando el agua del río Ebro hasta Zaragoza.
De los yacimientos romanos más importantes, destaca el yacimiento de San Gregorio. En estas excavaciones se acabaron descubriendo 16 columnillas de un antiguo horno doméstico romano. Este horno se utilizaba en el pasado para calentar las paredes de las tuberías que lo conectan con el resto de las instalaciones de la casa.
Para acabar con Ribaforada, uno puede detenerse para comer en el restaurante Zona Centro de la localidad, ubicado por supuesto en el centro del municipio.
El restaurante cuenta con una terraza donde se puede disfrutar de las bebidas y comidas al aire libre. Se pueden pedir pinchos de gamba con huevo y alioli, pimientos con jamón y croquetas, entre otros. Ofrecen también un menú del día por 17 euros en el que se destacan platos como el arroz negro, la ensalada de rulo de cabra, el cachopo y la paella de marisco.
Restaurante Zona Centro vende bocadillos de todo tipo para comer en el local o para llevar. Este establecimiento abre todos los días desde las 8 de la mañana hasta las 9 de la noche.
