Chivite trabaja más para su amo y señor que para los navarros

La presidenta María Chivite durante su intervención en el pleno del Parlamento. PABLO LASAOSA
Los hechos desmienten el triunfalismo gubernamental. Se confirma que Chivite trabaja más para su amo y señor que para los navarros que le pagamos el sueldo. El último capítulo, la multimillonaria condonación de la deuda que impusieron a Sánchez sus extorsionadores socios.

Una popular canción francesa, titulada “Tout va bien, Madame la Marquise”, relata la conversación entre una marquesa y su cochero, que reporta a su ama los graves infortunios que se han ido sucediendo en su ausencia, añadiendo, tras cada uno de ellos, que, “no obstante, todo va bien, señora Marquesa…”

Esta tonadilla me ha evocado la situación de una Navarra en la que los hechos desmienten el triunfalismo gubernamental. Recapitulemos.

Se confirma que María Victoria Chivite trabaja más para su amo y señor que para los navarros que le pagamos el sueldo. El último capítulo, la multimillonaria condonación de la deuda que impusieron a Sánchez sus extorsionadores socios. Aunque la ministra Montero ha asegurado que País Vasco y Navarra no se verán afectadas por el pago de los intereses de la deuda que el Estado asuma, hay quien advierte que, a diferencia de las comunidades beneficiarias de la condonación, aquí no podremos afrontar nuevos endeudamientos en caso de necesidad.

En sede parlamentaria, hemos asistido a la enésima negativa de Bildu a condenar el terror por boca de Adolfo Araiz, el político navarro en activo que, junto a Joxe Martín Abaurrea -alcalde de Pamplona en la sombra, por gentileza del PSN- más dolor ha infligido a esta tierra. El bildutarra, ideólogo de la ponencia Oldartzen, que abogó por socializar el dolor de ETA, dice ahora que ellos nada tuvieron que ver con aquello. Hay que ser muy… -pongan ustedes el adjetivo- para reírse de nosotros a la cara con semejante desvergüenza. Yo confinaría al siniestro tafallés en la lejana Nueva Caledonia, pueblo con el que los abertzales comparten veleidades independentistas. ¿Se imaginan lo que ganaríamos en convivencia con Araiz a 17.295 kilómetros de aquí? También lo agradecería Laura Aznal, la presunta líder de Bildu en Navarra, a quien este fósil tiene totalmente opacada.

Una sociedad comprometida con la defensa de los valores democráticos debería dejar que los proetarras se pudrieran en el rincón de pensar hasta que expiaran sus muchos pecados. Sin complejos. Aquí, en cambio, a estos abertzales carentes de toda presión para abrazar una mínima ética, los socialistas los premian otorgándoles la llave de la gobernabilidad de Navarra, y los blanquean para que en el futuro sean todavía más decisivos. Una indignidad imputable, además de a un PSN, ciego por el poder, a los 68.247 navarros que apoyan la deriva batasuna de este socialismo. Que cada palo aguante su vela.

No han faltado noticias sobre impuestos. Sabíamos que Navarra es un infierno fiscal, pero el Consejo de Economistas ha enfatizado que nuestra Hacienda es, además, la que más abusa de los más débiles, los que declaran rentas inferiores a 20.000 euros. Recuerden que aquí no llegó la controversia sobre si el salario mínimo ha de tributar o no en el IRPF, pues Navarra ya retenía el 8% a quienes lo cobraban, antes incluso de la última subida. Cosas del progresismo foral.

El premio al parlamentario más zoquete se lo lleva sin duda Miguel Garrido, portavoz de Industria y Economía de Contigo Navarra, que considera “surrealista” que el Viejo Reyno aspire a atraer grandes inversiones porque, según él, no podríamos cubrir los puestos de trabajo requeridos. Si nuestros 30.000 parados no fueran suficientes, digo yo que podríamos acoger de mil amores a foráneos, como ya hicimos en los pasados años 60, salvo que aquí solo tengan cabida los controvertidos Menas, que, dicho sea de paso, siguen liándola parda. También deberíamos espabilar a aquellos perceptores de la Renta Garantizada que, según denuncia Comptos, rechazan ofertas de empleo.

Hemos vuelto a tener noticias de Alsasua. Y no se refieren precisamente a la llegada del ansiado inversor que salve a la agonizante Sunsundegui, o al cese de su administrador asesino, sino a los coches y contenedores calcinados en las pasadas fiestas de Santa Águeda, y a la quema de una bandera española y otra israelí por unos mamarrachos vestidos de “momotxorros” en Carnavales. Delinquir valiéndose de un disfraz es, para nuestro Código Penal, una circunstancia agravante. Hacerlo empleando el de un personaje perteneciente al acervo cultural alsasuarra debería merecer mayor castigo, pues vincula su imagen a hechos punibles cuya difusión se ha viralizado. Los abertzales, que campan a sus anchas en esta reserva batasuna, siguen obstinados en hacer de la Barranca y la Burunda territorios comanches, carentes de todo atractivo para vivir o invertir.

De Aragón, en cambio, nos llegan buenas nuevas. Microsoft acaba de anunciar una inversión adicional de 2.800 millones de euros para otro centro de datos en Zaragoza, que se suman a los 6.000 millones previamente comprometidos. No podemos sino felicitar al Gobierno de Aragón que, a través de las denominadas Declaraciones de Proyectos de Interés General (DIGAS) -de las que actualmente hay 30 en marcha-, ha logrado seducir a grandes inversores reduciendo la burocracia y bajando impuestos. Aunque, tan importante como ello, es que no sufren a unos abertzales cavernícolas opuestos a todo progreso. Me da a mí que, si alguno de ellos se perdiera por allá, acabaría en el pilón. Así las cosas, ese tren para ganado que nos conecta con Zaragoza está llamado a traer alumnos maños a nuestras prestigiosas universidades, y a llevarnos a nosotros a trabajar en sus megafactorías.

La sociedad navarra, entre tanto, continúa durmiendo plácidamente.

La Navarre s’essouffle mais, à part ça, tout va très bien, Madame la Présidente…