• sábado, 15 de marzo de 2025
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COMERCIO LOCAL

Las hermanas que mantienen viva en Pamplona una tienda con 104 años de historia: "Es mucho orgullo"

Lo que ha marcado la diferencia ha sido su capacidad de adaptación. "Nos hemos especializado en tallas grandes como sujetadores hasta la 4XL".

La lencería Medina está en la calle Mayor 5 de Pamplona. Navarra.com
Amaia, Mirentxu y Ascen en la lencería Medina del casco viejo de Pamplona. Navarra.com

En la calle Mayor de Pamplona, entre escaparates modernos y franquicias que van y vienen, sobrevive un pequeño universo anclado en la tradición: Lencería Medina. Un comercio con casi 105 años de historia que ha pasado de generación en generación y que hoy llevan con mucho orgullo Mirentxu (53 años) y Amaia García Medina (55 años).

Está muy cerca de otros establecimientos que hemos conocido en esta sección de comercio local, como es el caso de la tienda histórica deportes Zariquiegui o Foto Mena en el número 36 de la misma calle Mayor.

"Cuando mi madre se jubiló, sentí el peso de la responsabilidad", reconoce Mirentxu, que tomó las riendas de la tienda en 1989, convirtiéndose en la tercera generación al frente del negocio familiar. "Es un orgullo enorme, pero también un hándicap. Lo tengo que sacar adelante porque es nuestra historia". A su lado, su hermana Amaia, que se sumó a la tienda en 2018, asiente con una sonrisa. Ambas han aprendido a convivir con la mezcla de respeto por la tradición y la necesidad de innovar para seguir adelante.

La historia de Lencería Medina se remonta al 20 de mayo de 1920, cuando su fundador, Cristiano Medina Ordorica, abrió las puertas del negocio en el número 7 de la calle Mayor, antes de trasladarse al actual número 5. Cristiano, además de comerciante, era un apasionado violinista y uno de los impulsores de la Orquesta Santa Cecilia en los años 30.

En sus inicios, el comercio se conocía como Sociedad Medina y Compañía y vendía camisería y ropa blanca, pero pronto se convirtió en la famosa "casa de las medias", ampliando su catálogo a guantes, perfumes y medias.

La tienda siempre fue un negocio familiar. Con los años, se sumaron a Cristiano sus dos hermanas y su sobrina Dominica, y más tarde su hija Maribel Medina Sola, madre de Mirentxu y Amaia. Con ella llegó un aire renovado que trajo consigo nuevas incorporaciones como géneros de punto, lanas para hombre, mujer y niño, corbatas, paraguas y ropa de San Fermín.

Cuando Mirentxu tomó las riendas, apostó por una nueva línea que ha definido el negocio hasta hoy: la corsetería y la lencería. "Era algo que no había en Pamplona con la especialización que queríamos darle. Fue un acierto", recuerda. Además, incorporó ropa de baño e interiores de hombre y mujer, lo que les permitió ampliar su clientela.

En 2002, la tienda creció físicamente con la compra de la bajera contigua, que hasta entonces ocupaba la tienda de alimentación y encurtidos "La Sevillana", propiedad de un familiar. Pero, más allá del espacio, lo que ha marcado la diferencia ha sido su capacidad de adaptación. "Nos hemos especializado en tallas grandes, sujetadores hasta la 4XL. Es algo que nos ha salvado muchas veces", explica Amaia. "Está difícil la venta, pero hemos aprendido a diferenciarnos con productos exclusivos y atención personalizada. Hay gente que sigue buscando ese trato cercano".

Ambas tienen claro que cada clienta es única y que el comercio es mucho más que vender. "Atendemos, marcamos, pedimos… y todavía hay clientas que nos sorprenden", confiesan. Su público principal son mujeres a partir de 40 años, aunque también reciben jóvenes con necesidades específicas que no encuentran en otros sitios. "Eso nos hace pensar que aún hay futuro".

Si algo distingue a Lencería Medina, además de su historia, es su esencia. El local sigue manteniendo el mismo mobiliario de antaño. Las cajoneras de madera, el gran armario principal y el mostrador continúan en su sitio, recordando a esas tiendas de toda la vida. Ascen Percaz Viana, empleada de la tienda desde hace 40 años, sigue tras el mostrador con 60 años, atendiendo con la misma dedicación, junto a otras empleadas.

"Hace tres años restauramos todas las cajoneras y cambiamos la iluminación sin tocar el techo original", cuenta Mirentxu. "Nos hemos planteado quitar el mostrador, pero sigue siendo imprescindible. Muchas clientas nos dicen que entrar aquí es como viajar al pasado, a las tiendas de siempre".

El relevo generacional sigue siendo una incógnita, pero por ahora, Mirentxu y Amaia continúan al frente, con la misma pasión con la que su madre y su abuelo levantaron el negocio. "Esto tiene que gustar, es un trabajo que exige mucha dedicación. Pero cuando una clienta encuentra lo que buscaba y se va contenta, sigue mereciendo la pena".

La lencería Medina está en la calle Mayor 5 de Pamplona. Navarra.com
Ascen, Mirentxu y Amaia en la lencería Medina de Pamplona. Navarra.com

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