Comercio Local

Antonio pone el punto final a casi 43 años en una tienda centenaria de Pamplona: "Soy el último"

Antonio Iricíbar sonríe en el mostrador de la droguería López en el casco viejo de Pamplona. Navarra.com
Han decidido sacar el negocio al público "con toda la pena del mundo" para ver si alguien se anima a continuar con este legado.

Antonio Irizíbar Martínez ha marcado el final de una era en la droguería López de Pamplona. Tras haber heredado un negocio con raíces que se remontan a 1905, cuando Álvaro López Gómez fundó la botica en la calle San Miguel, la tienda se ha transformado a lo largo de los años.

El centenario establecimiento de comercio local en la capital navarra está muy cerca de otros que hemos conocido en el casco viejo, como es el caso de la tienda de ropa Numancia que abrió hace más de 55 años en la calle San Antón.

En los años 20, la droguería pasó a ocupar su actual emplazamiento en el chaflán de las calles San Antón y San Miguel, y tras el relevo de Emilio López y posteriormente de Joaquín López, en abril de 1985 los cinco trabajadores tomaron el mando, llegando en sus mejores momentos a contar con hasta quince empleados.

Hoy, Antonio Irizíbar Martínez se erige como el último de los socios iniciales. Entre sus compañeros de viaje, ha figurado su padre, Santos Irizibar Hurtado, que falleció en enero de 2023 a los 94 años, y su madre, Carmen Martínez Vidán, que también falleció en agosto de 2024 a los 93 años.

Además, el penúltimo socio, José Ignacio Esteban, se ha jubilado el año pasado. Durante casi 43 años, Antonio ha trabajado en un negocio que ha dado para vivir a seis familias, lo que le impulsa hoy a buscar un relevo que evite el cierre definitivo de un comercio de 120 años.

Con voz sincera y un tono entre la melancolía y la determinación, Antonio Irizíbar Martínez ha manifestado: “Soy el último que queda de los empleados que cogimos el negocio y mi jubilación marcará el cierre de la tienda, a expensas de que hasta agosto encontremos a alguien que se quede con la droguería si es posible. Estamos en periodo de traspaso, venta o de lo que sea para intentar que siga funcionando”.

Durante algo más de un año se ha buscado de forma discreta a un sucesor, contactando con la Cámara de Comercio de Navarra, que dispone de una bolsa de traspasos, y con el ayuntamiento, que ha implementado un programa especializado. “Todavía no hay ninguna persona que se haya interesado”, ha asegurado, añadiendo que han decidido sacar el negocio al público con toda la pena del mundo para ver si alguien se anima a continuar con este legado.

En el día a día, el relevo implicaría también la subrogación de los actuales empleados —Patxi Robles, Manuel Sánchez, Mari Carmen Irizíbar y Loli García—, quienes han contribuido al trato cercano y personalizado que caracteriza a la tienda. “Al que venga le vamos a ayudar al comienzo sin ninguna duda. La tienda es compleja: son tres mostradores con abundante mercancía, mucho trabajo de recoger y colocar productos, y un trato humano que no se puede sustituir”, ha declarado con énfasis.

Mirando al futuro, Antonio Irizíbar Martínez ha previsto jubilarse el 9 de agosto de 2025 para dedicarse a lo que más le gusta: disfrutar de la naturaleza en bicicleta, sin olvidar su faceta de montañero en el club Anaitasuna. “No me va a quedar mucho tiempo libre”, ha confesado, dejando entrever que, aunque su carrera en la droguería ha sido larga y llena de retos, la pasión por la montaña le seguirá impulsando.

El local, protegido en el catálogo del Plan Municipal de Pamplona con un grado 3, ha sido objeto en el año 2000 de una gran remodelación interior y de la restauración de su fachada. La descripción del catálogo ha resaltado que la fachada de tabla tradicional se ha desarrollado con gran amplitud en la esquina de las calles San Miguel y San Antón, integrando el acceso al portal mediante un bastidor sencillo rematado en ménsulas y un entablamento con rotulación comercial.

La esquina de la droguería López en el casco viejo de Pamplona. Navarra.com