Comercio Local

Mikel Álvarez, el castañero de Pamplona: "Tengo las más sanas, hermosas y sabrosas"

Míkel Álvarez sostiene sus famosas castañas asadas en su puesto de la plaza de San Nicolás. PABLO LASAOSA.
Cumple 45 años asando castañas en la Plaza de San Nicolás, siempre con una palabra amable a todo el que se le acerca.

Mikel Álvarez Menor es toda una referencia en Pamplona con su puesto de castañas asadas en la plaza de San Nicolás, un lugar emblemático del casco viejo de la ciudad, desde hace 45 años.

"Mi afán, y es lo que me dice la gente, es que tengo siempre las mejores castañas. Empiezo todos los años por San Fermín Txikito y soy el último que se retira a final de abril, con género bueno de verdad", destaca el pamplonés Mikel.

Cumple 45 años vendiendo castañas con la sencillez, el trato humano y la amabilidad de siempre. Una frase bonita a la madre y a la niña, al abuelo que pasa por delante, y siempre una sonrisa permanente a todo el que se le acerca.

Conoce a todo el barrio y le gustaría que los que dejaron de venir a San Nicolás y a la parte vieja regresaran a una zona privilegiada de Pamplona: "Aquellos que salieron de aquí y viven en los barrios, animaros a volver a pasear por nuestro entorno. Estamos junto a una iglesia del siglo XII-XIII, que es una joya arquitectónica de la ciudad".

Mikel es una persona feliz en su trabajo. En su puesto tiene escritas unas frases que definen lo que son las castañas para él: "El crepitar de la cáscara y el agradable aroma que las castañas desprenden al ser asadas, nos hacen recrearnos con los momentos más amables de la vida".

Con su amplia experiencia, no hay quien le supere en este sector: "Conozco de castañas, de variedades, de zonas. Lo tengo todo muy recorrido". Además, Mikel tiene mucho interés en destacar la calidad de sus castañas: "Tengo las más sanas, hermosas y sabrosas", asegura.

En cuanto al tamaño, resalta que no es lo mismo un kilo de castañas a otro, si el tamaño de ellas es más pequeño: "Yo trabajo una castaña gorda, selecta, extraordinaria y además las selecciono. Las rajo a mano una a una para saber si hay alguna mala y la quito, así como las pequeñas", indica Mikel.

Lo dice claramente: "La castaña es el producto más natural que nos encontramos en el mercado. No se le echa nada. Se coge madura. No se puede coger con una red como la oliva. Hay que cogerla a mano y eso encarece. Hay que hacer el proceso de recogida y conservación con mucho cariño".

Mikel señala que también vende castaña cruda en bolsas de kilo: "Es la misma castaña que yo aso y tiene la misma garantía que las asadas".

Empieza a vender castañas a las cinco de la tarde y cierra sobre las nueve y media o diez de la noche. "Los sábados igual me quedo algo más. Es un producto que hay gente que lo compra todos los días. Si no fallas y lo haces bien, vienen todos los días a por ellas", indica.

Es un trabajo que le agrada "porque a mi edad tengo resueltas muchísimas cosas. El jornal que saco me viene bien. Me compensa sobre todo el trato a nivel personal que tengo con la gente", explica Mikel.

"Soy uno más en la plaza de San Nicolás y es una actividad donde colaboras con la ciudad, siempre en buena actitud. Tratando bien a la gente, a los niños. Es lo mejor que saco de la profesión".

Mikel se siente contento con sus castañas: "Me es muy grato. Disfruto mucho. Estoy en mi salsa y es mi obligación hacerlo muy bien con el género que ofrezco", indica Mikel.

En cuanto a un posible relevo por jubilación en el puesto, explica: "No lo sé. No creo. No tengo expectativas. Lo he planteado a mi hijo. Mi nieto me dice que quiere ser castañero. Le encanta. De momento prefiero que mi nieto haga sus estudios y su carrera. Tiene que formarse primero y tener conocimientos".

Mikel Álvarez ha diseñado y fabricado un envoltorio de castañas sostenible y ecológico, que incluye un recipiente para guardar las cáscaras y no tirarlas al suelo. El envoltorio tiene dos sobres, uno para el fruto y otro para las cáscaras.

Otra de las novedades del castañero de San Nicolás es que los clientes pueden pagar con tarjeta: "Puse el datáfono hace dos años porque las mamás que vienen con los niños en la silleta no suelen llevar dinero. Al mismo tiempo, he captado así público joven y le viene muy bien también a la gente mayor", comenta.

Míkel Álvarez nos muestra sus famosas castañas asadas en su puesto de la plaza de San Nicolás. PABLO LASAOSA.

Este castañero destaca también porque ha sido alpinista de alto nivel durante muchos años. De hecho, ha ascendido las denominadas 'siete cumbres', que son las más altas de los continentes, donde destaca la escalada del Everest en el año 2001.

Ahora a sus años ha bajado el pistón: "Era alpinista. Ya tengo una edad y la situación económica es complicada para hacer alpinismo, que es caro. Escalé el Everest a los 41 años y luego estuve escalando otras cumbres hasta los 50 o 52. Lo he dejado, pero sigo haciendo deporte", concluye Mikel.