Navarra

Chistorrada gratis y comida popular en el chupinazo de un pueblo de Navarra con sólo 25 habitantes

Una bandeja llena de chistorra asada, uno de los alicientes de las fiestas de los pueblos. Navarra.com
El año pasado fue la persona de más edad del lugar quien encendió la mecha, pero en esta ocasión la incógnita durará hasta el último momento.

Una chistorrada gratuita a mediodía, hinchables para los pequeños y una comida popular con cien comensales. Ese es el menú con el que este sábado 17 de mayo un pequeño pueblo de Navarra ha decidido plantar cara al olvido y devolver a su plaza el bullicio de las fiestas patronales por segundo año consecutivo, tras casi 50 años sin celebraciones.

Está muy cerca de otras localidades que han sido noticia en Tierra Estella, como es el caso de Legaria que ha abierto con éxito el único bar de la localidad, o de Abáigar cuyo bar de las piscinas triunfa con el pincho pote.

La jornada comenzará temprano, a las 11 de la mañana, con la misa en la iglesia de San Andrés. Poco después abrirá la barraca de bebidas, convertida en el primer punto de encuentro para vecinos y visitantes. A las 12:00 horas llegará el momento más esperado: el Chupinazo festivo.

El año pasado fue la persona de más edad del lugar quien encendió la mecha, pero en esta ocasión la incógnita durará hasta el último momento. Todo apunta a que será el alcalde Javier Azcona quien prenda el cohete, pero nadie ha querido confirmarlo antes de tiempo.

Y justo después estallará la auténtica protagonista de la mañana: la chistorrada popular. Gratis, recién hecha y con el aroma conquistando cada rincón del pueblo, ha reunido a locales, familiares y amigos llegados de los alrededores. “Aquí todo gira en torno a la comida, es nuestra forma de celebrar”, ha comentado uno de los organizadores, entre bocados y risas.

Mientras las brasas seguían trabajando, los más pequeños tomarán al asalto la zona de hinchables, abierta desde las 13:00 horas, calentando el ambiente para la comida popular que aguarda a las 15:00 horas. En total, unas cien personas han confirmado su asistencia, multiplicando por cuatro la población habitual de este enclave rural.

El almuerzo, al aire libre salvo que el tiempo obligue a refugiarse en las bajeras del pueblo, ha repetido la fórmula del éxito del año pasado: la organización ha confiado de nuevo en el cátering Carol Ágreda de Ayegui, que ha conquistado los paladares con un menú para adultos a 30 euros.

En la carta no falta la ensalada de jamón crujiente con queso de cabra y frutos secos, fritos variados, una reconfortante cazuelica de ajoarriero y, como plato fuerte, la elección entre entrecot a la plancha con pimientos del piquillo o bacalao en salsa de piquillo. Para el postre, la clásica torrija con helado, acompañada de café, chupito de licor y bebidas a discreción: agua, vino tinto, vino blanco y gaseosa.

Los más pequeños han contado con su propio menú infantil, a 16 euros, compuesto por un plato combinado de pasta con tomate, croquetas, muslito de pollo, yogur y refresco.

La tarde seguirá con sorteos en la sobremesa y la actuación del popular mariachi Pancho Valbuena a partir de las 18:30 horas. Luego llegará el turno del DJ Daniel Caes, que pondrá a bailar a los asistentes con su repertorio más festivo.

Por la noche, la programación reserva espacio para los fuegos artificiales, al impresionante jabalí de fuego y a la cena de bocatas a partir de las 22:00 horas. La despedida, como manda la tradición, llegará con la traca final a las cuatro de la mañana en la siempre animada barraca de bebidas.

Todo esto sucederá en Mendilibarri, una pequeña localidad de Tierra Estella con solo 25 habitantes, que ha resucitado sus fiestas patronales por segundo año consecutivo gracias al empuje de nuevos vecinos, muchos de ellos jóvenes que trabajan en la zona tras la construcción de la autovía Pamplona - Logroño