Los mejores lugares de Navarra para recoger castañas este otoño: rutas, consejos y precauciones
Con la llegada del otoño, Navarra se llena del aroma inconfundible de las castañas asadas. Es el momento del año en el que los parques, las calles y los puestos de Pamplona se tiñen de ese ambiente cálido que anuncia la temporada del fruto más otoñal.
Pero más allá de las brasas y las bolsas de papel, la comunidad esconde auténticos tesoros naturales para quienes prefieren salir al campo y recolectar castañas directamente del bosque.
Sin embargo, no todas las castañas que se ven por el suelo son aptas para el consumo. En las zonas urbanas, como frente al Palacio de Navarra, es frecuente encontrar las llamadas castañas de Indias, que aunque resultan muy similares a las comestibles, no deben ingerirse.
Estas proceden del Aesculus hippocastanum y contienen esculina, una sustancia tóxica que puede provocar intoxicaciones tanto en personas como en animales.
Las castañas comestibles, en cambio, provienen del castaño común (Castanea sativa). Se distinguen por estar protegidas por una cáscara con púas finas y densas, y por tener una forma más alargada y puntiaguda.
En su interior suelen encontrarse dos o tres frutos, de color marrón mate y textura suave. Son las que se asan, se hierven o se utilizan en recetas tradicionales como cremas o purés.
Irañeta, uno de los destinos más populares
Situado a unos 32 kilómetros de Pamplona, Irañeta es uno de los lugares más conocidos para la recolección de castañas. Sus rutas senderistas combinan naturaleza, historia y gastronomía. El recorrido más habitual parte del propio pueblo y se adentra en un bosque de castaños que guarda también dólmenes y el santuario de San Miguel de Aralar. Son unos tres kilómetros de camino con desnivel moderado, ideales para disfrutar en familia.
El parque natural del Señorío de Bertiz
El Señorío de Bertiz, a unos 49 kilómetros de Pamplona, es otro enclave perfecto para recoger castañas. Entre hayedos, robledales y riachuelos, este parque natural cuenta con el sendero azul Irretarazu, de 11 kilómetros, donde aún se conservan antiguas construcciones usadas para almacenar castañas. Es una opción segura y cómoda para pasar el día en contacto con la naturaleza.
La cascada de Xorroxín, en el valle del Baztán
La cascada de Xorroxín, en Erratzu, es uno de los rincones más fotogénicos del norte de Navarra. En otoño, sus bosques se tiñen de tonos dorados y naranjas, y los caminos se cubren de erizos abiertos. La ruta hasta la cascada es sencilla, de unos siete kilómetros, y durante el trayecto es posible recoger castañas directamente del suelo mientras se disfruta del paisaje del valle del Baztán.
Eugui y Quinto Real, entre castañas y setas
A media hora de Pamplona se encuentra el embalse de Eugui, punto de partida de varias rutas hacia los bosques de Quinto Real, donde abundan tanto las castañas como las setas. Aunque es una zona muy frecuentada, todavía se pueden encontrar buenos ejemplares en las zonas altas. Se recomienda llevar guantes para manipular las cáscaras con seguridad y evitar pincharse con las púas.
La Selva de Irati, un clásico del otoño navarro
La Selva de Irati, con sus 17.000 hectáreas de hayedo-abetal, es uno de los mejores lugares para disfrutar del otoño en Navarra. Desde Orbaizeta, en el valle de Aezkoa, parten varios senderos que atraviesan zonas con castaños silvestres, donde se pueden recoger frutos maduros. Además, el entorno ofrece paisajes de postal, especialmente entre octubre y noviembre, cuando las hojas cubren los caminos y el bosque se convierte en un mar de tonos ocres.
Consejos básicos para recolectar y asar castañas
Para disfrutar de una jornada segura en el monte, conviene tener en cuenta algunos consejos sencillos:
-
Usar guantes resistentes, ya que las cáscaras están cubiertas de púas.
-
Recoger solo las castañas del suelo, nunca arrancarlas del árbol.
-
Evitar las castañas con agujeros o manchas, pues podrían estar dañadas por insectos.
-
No recolectar en fincas privadas ni parques urbanos.
-
Y si hay dudas sobre el tipo de castaña, lo mejor es no consumirla.
A la hora de asarlas, basta con lavarlas y hacer un corte en la cáscara antes de cocinarlas. Pueden prepararse al horno, en sartén o incluso al microondas, según el gusto. Las castañas asadas son una tradición muy arraigada en Pamplona, donde su aroma impregna el ambiente cada otoño, pero también pueden aprovecharse en cremas, guarniciones o postres típicos de temporada.