Con la llegada del otoño, Navarra y especialmente las calles de Pamplona, se llenan del característico aroma de las castañas asadas. Es la temporada ideal para disfrutar de este fruto, que se convierte en el protagonista durante estos meses.
No obstante, ¿sabías que además de las castañas que compramos para asar en casa o comer al aire libre, Navarra está repleta de lugares donde puedes recolectarlas directamente de la naturaleza? Aunque no todas las castañas que encontramos son aptas para el consumo y es importante saberlo.
Mientras paseamos por parques o jardines urbanos, es común ver castañas caídas por el suelo, como las que suelen encontrarse frente al Palacio de Navarra en Pamplona. Estas castañas, conocidas como castañas de Indias, no son comestibles y representan un riesgo si se ingieren, ya que contienen sustancias tóxicas.
Para los amantes de las castañas, es fundamental saber distinguir entre los diferentes tipos de castañas. Existen más de cuatro variedades de castaños, pero las más comunes son las castañas comestibles, que provienen del castaño (Castanea sativa), y las castañas de Indias, que provienen del castaño de Indias (Aesculus hippocastanum). Esta última es la que habitualmente se encuentra en zonas urbanas y parques, y aunque tienen un aspecto similar a las comestibles, no se deben consumir.
Las castañas de Indias se caracterizan por estar protegidas por una cáscara verde con espinas separadas entre sí. Al abrirse, en su interior suele haber una sola castaña, de forma redonda y con una textura dura.
Aunque su color marrón brillante las hace parecer comestibles, su forma es más esférica y no termina en punta como las castañas aptas para el consumo. El mayor riesgo de estas castañas es que contienen esculina, un compuesto tóxico que puede causar graves intoxicaciones tanto en humanos como en animales, especialmente en perros.
Por otro lado, las castañas comestibles, que son las que solemos encontrar en mercados y puestos callejeros, se reconocen por estar envueltas en una cáscara con púas finas y densas que recuerdan a los erizos.
A menudo, dentro de esta cáscara se encuentran dos o tres castañas de diferentes tamaños. La forma de estas castañas es inconfundible: son planas en su base y terminan en una punta afilada en la parte superior. Son las protagonistas de las recetas otoñales y pueden asarse, hervirse o utilizarse en una variedad de platos.
Dónde recoger castañas en Navarra
En Navarra, el otoño invita a salir al campo y disfrutar de la naturaleza mientras se recolectan castañas. Los bosques de la región están repletos de castaños donde se puede disfrutar de la experiencia de recogerlas directamente del suelo.
Sin embargo, es importante ir preparado: el uso de guantes es recomendable para evitar pincharse con las púas de las cáscaras. Aquí te ofrecemos una guía de los mejores lugares para recoger castañas en Navarra.
Situado a unos 32 kilómetros de Pamplona, Irañeta es uno de los destinos más populares para la recolección de castañas. El pequeño pueblo ofrece rutas senderistas que, además de llevarte a los castaños, te permiten disfrutar de otros puntos de interés como dólmenes y el santuario de San Miguel de Aralar.
La ruta más conocida parte del pueblo y se adentra en el bosque, donde se pueden recoger castañas a lo largo de un camino de aproximadamente tres kilómetros, con un desnivel moderado.
El parque natural del Señorío de Bertiz es otra opción ideal para los amantes de las castañas. Ubicado a unos 49 kilómetros de Pamplona, este bosque cuenta con una gran diversidad de especies de árboles, entre los que destacan hayedos y robledales.
En el sendero azul Irretarazu, de 11 kilómetros, además de disfrutar de la naturaleza, es posible encontrar construcciones antiguas que se utilizaban para almacenar las castañas. Es un lugar perfecto para ir en familia, ya que el recorrido es accesible para todas las edades.
La cascada de Xorroxín, en el valle del Baztán, es otro destino idóneo para quienes buscan recolectar castañas. Este lugar es conocido por su belleza paisajística, especialmente en otoño, cuando los colores del bosque se tornan amarillos y naranjas.
La ruta para llegar a la cascada es fácil, con señalizaciones claras, y tiene una longitud de unos siete kilómetros desde el pueblo de Erratzu. Además de castañas, es un excelente lugar para disfrutar de la tranquilidad del entorno natural.
A solo media hora de Pamplona, se encuentra el embalse de Eugui, desde donde parten varios caminos hacia los bosques de Quinto Real. Esta es una de las zonas más frecuentadas por los aficionados a la recolección de castañas y setas.
Aunque puede parecer que la zona ya ha sido recolectada debido a las cáscaras vacías en el suelo, es posible encontrar castañas frescas subiendo un poco más hacia las zonas altas. En el camino, también se pueden ver setas, aunque para recogerlas es necesario tener conocimientos sobre las especies comestibles.
Uno de los paisajes más impresionantes de Navarra es, sin duda, la Selva de Irati. Este bosque, considerado el hayedo más extenso y mejor conservado de Europa, cubre 17.000 hectáreas de terreno.
En otoño, sus caminos se visten de un espectacular manto de hojas, convirtiéndose en un destino imprescindible para quienes disfrutan del senderismo y la recolección de castañas. Desde Orbaizeta, en el valle de Aezkoa, se puede acceder a algunas de las mejores zonas para encontrar castañas.
A la hora de recoger castañas, es importante seleccionar aquellas que tengan un buen color marrón, sin manchas, y asegurarse de que no tengan agujeros, ya que esto podría indicar la presencia de insectos en su interior.
Una vez en casa, asar castañas es un proceso sencillo: primero hay que lavarlas y secarlas, y luego hacer un corte profundo en la cáscara para que se cocinen de manera uniforme. Pueden asarse al horno, en una sartén o incluso en el microondas, dependiendo de la preferencia.
Además de disfrutarlas asadas, las castañas son un ingrediente versátil que puede utilizarse en numerosas recetas, como cremas, purés y postres.
