SOCIEDAD

Un matrimonio reabre la posada de un pueblo de Navarra que llevaba meses cerrada: "Damos muchos almuerzos"

Imagen de la fachada de la Posada de Lanz. CEDIDA
Este restaurante reabrió en San Valentín y cuanta con menú, carta y opciones de picoteo para todos los gustos. 

La Posada de Lanz ha vuelto a abrir sus puertas después de más de cuatro meses cerrada. Toni Betti y su mujer Carmen, un matrimonio vecino de Pamplona, han tomado las riendas del negocio, que reabrió el pasado 14 de febrero. La posada había permanecido cerrada desde octubre de 2024, cuando los anteriores inquilinos dejaron la gestión del establecimiento.

La oportunidad surgió casi por casualidad. Betti, que llevaba tiempo buscando hacerse cargo de un negocio, preguntó a un comercial si conocía alguna opción disponible.

Le habló de la Posada de Lanz. "Sabía la situación de este establecimiento porque había trabajado con los anteriores inquilinos", rememora Betti. Y reconoce que, aunque abrió el mismo día de San Valentín, no fue un flechazo a primera vista. "No lo veía, pero quisimos visitar el local por si acaso", cuenta. Y esa visita fue suficiente para que decidieran apostar por el negocio. 

"Asusta un poco porque Lanz es un pueblo con pocos habitantes, pero con mucho encanto", explica Toni. Sin embargo, el matrimonio vio en la posada un negocio con "muchas posibilidades", en parte gracias a sus buenas instalaciones, que incluyen una cocina industrial nueva.

Cocina tradicional y menú del día

Desde su reapertura, la Posada de Lanz ha apostado por la gastronomía tradicional navarra. Su oferta incluye carta, menú del día por 13 euros y menú de fin de semana a 28 euros. Además, ofrecen almuerzos y opciones de picoteo, lo que ha convertido el local en un punto de referencia para los vecinos y visitantes.

El restaurante dispone de dos comedores, uno en la planta baja y otro en el primer piso, con capacidad suficiente para atender tanto a clientes locales como a turistas.

La reapertura ha coincidido con una de las fechas más señaladas para el pueblo: los Carnavales de Lanz, que se celebran entre el domingo 2 y el martes 4 de marzo. "Hemos tenido pocos días para prepararnos. Y son como un San Fermín de cuatro días", ejemplifica Betti. A pesar del reto logístico, agradecen el apoyo recibido: "Los vecinos de Lanz nos están ayudando mucho".

Precisamente, la Posada de Lanz juega un papel fundamental durante los carnavales, ya que en su buhardilla se prepara cada año el personaje de Miel Otxin, protagonista de la celebración. Y en ella también se visten los txatxos, otros personajes de los carnavales, antes de salir a desfilar con sus coloridos trajes. 

Entre Lanz y Pamplona

El matrimonio reparte su tiempo entre Lanz y Pamplona. "Nos entra la vivienda en el alquiler, así que los fines de semana sí o sí estamos en Lanz. Entre semana, depende. Si tenemos que hacer gestiones, por ejemplo, nos quedamos en el piso de Pamplona", detallan. Aún así ya se sienten parte de este pueblo de Navarra

La posada no sólo recibe a los habitantes del pueblo, sino también a muchos peregrinos y excursionistas. Además, con la llegada del otoño, prevén un aumento de visitantes atraídos por la temporada de setas y castañas. "A partir de octubre, la zona se llena de gente en busca de estos productos", explican.

Con ilusión y dedicación, Toni y Carmen buscan consolidar la Posada de Lanz como un destino gastronómico y turístico en la zona, manteniendo la esencia de la tradición navarra. "Con trabajo y esfuerzo, seguro que va bien".