Condenan al senegalés que violó en Pamplona a una mujer mientras dormía: tuvieron que operarla tras la agresión
El Tribunal Superior de Justicia de Navarra (TSJN) ha ratificado la condena de 14 años de prisión impuesta en junio por la Sección Segunda de la Audiencia Provincial a un hombre que violó y agredió a su mujer en Pamplona, además de maltratar al hijo menor de ella, fruto de una relación anterior.
La sentencia, que todavía puede ser recurrida ante el Tribunal Supremo, confirma las penas por varios delitos: agresión sexual con violencia e intimidación (9 años), maltrato habitual (2 años y 6 meses) y tres delitos de maltrato no habitual, con una condena de 10 meses por cada uno.
En concepto de responsabilidad civil, el inculpado, natural de Senegal, deberá indemnizar a su exmujer con 12.300 euros —10.000 por el daño moral y 2.300 por las lesiones— y con 4.500 euros al menor.
La pareja se conoció en octubre de 2017. El inculpado vino a España en enero de 2018, y en agosto se casaron civilmente. Residían en una vivienda en la que también convivían su hijo mayor con su pareja y su hijo menor, nacido en 2008. En noviembre de 2020 el matrimonio tuvo una hija común.
Según recoge la sentencia, la relación de ambos era buena al principio, si bien hacia agosto de 2018, “coincidiendo con la obtención por parte del procesado del permiso de residencia”, su actitud “cambió radicalmente” y comenzó a dirigirse a ella de una manera vejatoria, con expresiones como “desgraciada”, “puta vieja”, “no sabes hacer nada”, “yo soy dios”, “eres mía”, “no te vas a librar nunca de mí”.
Además, añade la resolución judicial, le agarraba del cuello y le daba empujones, controlaba sus horarios, le realizaba constantes llamadas para controlar dónde se encontraba, daba golpes por la casa y rompía objetos.
Los desprecios y humillaciones se dirigían también al hijo menor, diciéndole que era “un gordo”, “gilipollas”, “estorbo”, “que no valía para nada”, “que era un ser inservible”, unas imprecaciones que ofendían y hacían sentir “mal” al menor, a quien el encausado obligaba además a hacer ejercicio hasta la extenuación a pesar de sus ruegos y llantos.
La sentencia relata tres episodios de maltrato, uno de los cuales contra el hijo menor de ella, llevados a cabo en un día indeterminado de marzo de 2019, el 31 de diciembre de 2019 y el 14 de marzo de 2020.
La agresión sexual se produjo el 21 de noviembre de 2021, cuando ya estaban separados. El hombre le convenció para pasar la noche en casa con la excusa de estar más tiempo con la niña y para que ella descansara. La violó cuando estaba dormida. La víctima tuvo que ser intervenida quirúrgicamente de urgencia para suturar el desagarro sufrido. Tardó 30 días en curarse.
La condena impuesta fue recurrida por la defensa ante el TSJN, en donde reclamó la absolución. Por su parte, la fiscalía y la acusación particular abogaron por la confirmación de la resolución.
En su sentencia, el Tribunal Superior no aprecia dato alguno revelador de una posible tendencia a la fabulación por parte de la denunciante o a exagerar los hechos experimentados. Tampoco existe, añade, ningún dato indicativo de algún motivo espurio como fundamento de una posible falsa imputación al acusado.
“Y esta sala, visionada la grabación de su declaración, comparte el criterio de la sala de instancia, considerando que su testimonio resulta ser creíble y verosímil, fiable y coherente, atendido el modo en que se expresó y las referencias circunstanciales que efectuó, apreciando la sala sinceridad, seguridad y firmeza en la forma de expresarse la misma y narrar esos hechos, haciéndolo concretamente y con precisión”, remarcan los magistrados.
Al respecto, el Tribunal señala que dicha declaración cuenta con corroboraciones de carácter objetivo, entre las que destaca la declaración del hijo pequeño, que relató “el clima de pánico y terror que se vivía en el domicilio”; el testimonio de una compañera de trabajo de la denunciante, que vio las marcas físicas y escuchó los audios insultantes y amenazantes enviados por el condenado; las manifestaciones de tres agentes de la Policía Municipal de Pamplona que intervinieron el 14 de marzo de 2020; y el informe de urgencias emitido tras la agresión sexual del 21 de noviembre de 2021.