Corrupción a toda marcha en Navarra
En varias ocasiones he venido manifestando mi temor de que Navarra está cada vez más barata, dentro del “agrietado” mapa nacional, a pesar de recientes declaraciones institucionales de cualificados (solo por el ocasional cargo) responsables del Gobierno foral, de sus socios o sustentadores, proclamando que “Navarra va a velocidad de crucero”, contrariamente a lo que una gran parte de la ciudadanía navarra no dependiente de enchufes ni nepotismos ponemos totalmente en duda.
Aunque en estos momentos no les falta razón a los voceros forales, pues llevamos unos días en que, efectivamente, Navarra avanza no a velocidad de crucero —no sé cuál es la misma—, pero sí a la máxima de un “Fórmula Uno” en cuanto a presuntos delitos de corrupción, malversación de fondos públicos o despreciables conductas con protagonistas relacionados con la Comunidad Foral, y que de hecho la están situando en plena actualidad en el panorama nacional.
Es increíble que, con las 490 demoledoras páginas del informe de la Unidad Central Operativa de la “denostada por el régimen” institución de la Guardia Civil, donde Navarra viene a repetir un nuevo caso de corrupción, con cierta similitud al de hace cuarenta años, con actores del mismo color político, no haya una reacción de los navarros y navarras (por Navarra, tierra brava y noble, siempre fiel… supongo les suena esta letra de la primera estrofa de nuestro himno) y consigamos restaurar el tradicional y respetado status de este Viejo Reino.
Está evidente la depreciación de Navarra, su abaratamiento y su puesta en almoneda favorece los espurios intereses de un partido en decadencia y con notable competencia dentro de su genuino feudo, pero que históricamente, siempre de perfil y buenas formas, consigue estar con quien gobierna, sea del color que sea.
Aludía antes a las navarras, y a ellas me dirijo ahora ante la aparente insensibilidad que, hasta este momento, han demostrado ministras y los/as líderes en pro de la igualdad de género, ante el “quilombo” de origen navarro, como consta en las asquerosas y denigrantes conversaciones que se escuchan en los audios del informe de la UCO, presuntamente realizadas por las personas citadas, y que no parece sean motivo de algún tipo público de reprobación.
Todavía parece que no han finalizado los informes de la UCO, y que muchos presuntos hechos no serán tipificados y sentenciados como delitos, pero las censurables y condenables conversaciones que estamos pasivamente escuchando retratan la indignante bajeza mora, descalificando y poniendo en duda la calidad y cualidad como personas de los presuntos autores.