Comercio Local

El veterinario que lleva 33 años trabajando en la tienda familiar de un pueblo de Navarra: “Da para vivir luchando mucho”

Juan Pablo Garín en su tienda de deportes situada en el centro de Estella. Navarra.com
El negocio se ha mantenido durante años como un punto de encuentro para quienes buscan no solo producto de calidad, sino un trato cercano.

Tiene 55 años, es veterinario de formación y lleva tres décadas detrás del mostrador de una tienda de deporte en su pueblo. No se ha puesto nunca una bata blanca ni ha curado a ningún animal, pero ha atendido a miles de personas, ha charlado con peregrinos de medio mundo y ha vivido, con esfuerzo y constancia, los altibajos del pequeño comercio. “Da para vivir luchando mucho, pero da”, resume con una mezcla de realismo y orgullo quien ha pasado más de media vida vendiendo camisetas, zapatillas y bastones de caminante.

Su tienda está en una localidad muy conocida de Navarra, y muy cerca de otros establecimientos que hemos conocido en este apartado de comercio local, como es el caso de los ultramarinos Cafés Lesaga de Andrés Galdeano o la tienda Bombones Torres de Pachi Torres en la Plaza de los Fueros.

La historia de Pablo Garín arranca en 1993, cuando decidió ponerse al frente del negocio familiar. Su padre, Javier Garín San Martín, había fallecido en 1991 cuando él tenía solo 19 años, justo antes de que terminara la carrera de Veterinaria. Podía haber buscado otro camino, pero eligió quedarse. “Acabé la carrera y cogí la tienda. No he ejercido nunca como veterinario”, admite sin dramatismo, como quien asume el peso de una responsabilidad con naturalidad.

En aquel momento, su hermana Cristina ya se había incorporado al negocio tras la muerte de su padre en 1991. Juntos iniciaron un giro completo: dejaron atrás la antigua armería de caza y pesca y apostaron por algo más amplio, más transversal.

Convirtieron aquel pequeño local de la calle Nueva en una tienda de deporte. Poco después, dieron el salto al actual local, en una de las arterias más céntricas de la ciudad. Todo ello, con el respaldo y la visión que en su día habían tenido sus padres, Javier Garín San Martín y Mercedes León Sola, que abrieron el negocio el 27 de diciembre de 1986.

Desde entonces, ha pasado de todo. Han llegado los centros comerciales, después el boom de internet, y con ellos, una competencia feroz. “Es imposible competir ni en cantidad de producto ni en precios. Está la cosa muy complicada”, reconoce. Pero ahí siguen, sin rendirse, gracias a una mezcla de fidelidad local y visitantes ocasionales. “Gracias a Dios y a la gente de los pueblos podemos subsistir”, dice.

Pablo, estellica de nacimiento y de corazón, no se limita a vender. Asesora, aconseja y conversa. A veces incluso emociona. Como aquella vez que recibió una postal desde Estados Unidos. Se la envió un peregrino que había comprado unas botas en su tienda. “Gracias por ayudarme en mi camino. Fue una alegría charlar contigo durante la compra… Gracias a tu ayuda pude llegar a Logroño”, decía la nota. La guarda con cariño, como una pequeña medalla personal.

La tienda se ha mantenido durante años como un punto de encuentro para quienes buscan no solo producto, sino trato cercano. “El trato persona a persona es diferente a la compra por internet en todos los sectores”, explica. “Se intenta dar un trato cercano y amable, que lo haces de corazón, no por cumplir”. Y se nota. Las reseñas en redes sociales hablan por sí solas: “Excelente atención y trato”, “Perfecto asesoramiento”, “Mi tienda de confianza en Estella. 100% recomendable”.

Juan Pablo Garín con su madre Mercedes León en su tienda de Estella. Navarra.com

Aunque las campañas de otoño e invierno solían ser las más potentes por el tipo de producto, ahora las ventas se han equilibrado. La clave está en la primavera y el verano, cuando llegan los peregrinos del Camino de Santiago. “Tenemos la suerte de que pasa mucha gente, y es clientela que deja dinero”, cuenta. Eso sí, reconoce que ya no es lo mismo. “Han abierto tiendas de deporte en todos los pueblos del Camino, pero siempre cae alguno”.

En los estantes, hay de todo: zapatillas, camisetas, sudaderas, pantalones, bermudas, mochilas, bastones, calcetines... Una oferta amplia, pensada para todos. “Es una tienda multideporte, porque en un pueblo no te puedes especializar en algo concreto”, explica. A los clientes, les ofrece “producto de calidad” y un recordatorio constante de que sin comercio, las ciudades se apagan. “Cada vez hay más locales cerrados, no solo aquí. Sin tiendas, todo se convierte en una ciudad dormitorio”.

Además del día a día en el mostrador, Pablo ha sido durante casi 30 años el Rey Negro en las fiestas de su ciudad. Otra manera de servir a su ciudad, de estar cerca de su gente. Un papel que, como la tienda, le ha convertido en una figura reconocible y querida.

Todo esto ocurre en un número 3 muy especial de la calle Fray Wenceslao Obispo de Oñate, una vía que une la plaza de los Fueros con la de Santiago, en el corazón de Estella. Allí, casi escondida entre las rutinas de quienes pasan por el casco viejo, Deportes Garín se prepara para cumplir 40 años desde que abrió sus puertas, con la vocación intacta y el pulso de la lucha cotidiana.