Comercio Local

El restaurante de Navarra con más de 50 años de historia que conquista a los camioneros y siempre paran

Una imagen de la carne que ofrece el Sarasatenea. sarasatenea.es
Desde 1974 es la parada obligada de camioneros en Navarra por su comida casera, precios justos y completos servicios de carretera.

Los camioneros que recorren la N-240 en Navarra han encontrado desde hace décadas un lugar en el que siempre hacen parada: el Sarasatenea. No es un restaurante cualquiera, sino un punto de encuentro donde la comida casera se combina con servicios esenciales para quienes pasan gran parte de su vida en la carretera.

En el Concejo de Sarasate, en el kilómetro 15 de la vía, este local ha cumplido ya casi medio siglo siendo refugio de transportistas y trabajadores. Su fama no se debe solo a la gastronomía abundante y a buen precio, sino también a la cercanía con la que la familia que lo regenta ha sabido atender a sus clientes durante generaciones.

La historia del establecimiento comenzó en 1974, cuando Jesús María Zozaya y María Pilar Lizasoain ampliaron la gasolinera que habían abierto cuatro años antes y sumaron un bar-restaurante.

Desde entonces, el negocio ha mantenido su esencia: comida sencilla, generosa y asequible. El relevo llegó en 2020, durante la pandemia, con Iñaki Zozaya, de la segunda generación familiar. En ese momento crítico, cuando muchos camioneros no encontraban dónde comer o asearse, decidió ofrecer menús completos y económicos para llevar, pensados para ellos. Aquella iniciativa reforzó el vínculo con los transportistas, que hoy continúan parando allí con frecuencia.

El Sarasate Truck Stop también ha sabido atraer a excursionistas y familias que se acercan tras recorrer la Ruta del Plazaola. Su carta mantiene el sello de la cocina tradicional: codillo, gorrín, paella o el chuletón, uno de los platos más aclamados en reseñas de Google. Los menús especiales de gorrín, a 25 euros entre semana y 30 los fines de semana, son los más demandados. El pollo asado en horno de leña (12,50 euros más 2 de patatas) y la paella de los sábados (15 euros la ración) completan una oferta que combina calidad y tradición.

Más allá de los platos, el restaurante se ha convertido en un auténtico centro de servicios para transportistas. La gasolinera Repsol cuenta con surtidores modernos y venta de aceite de motor a granel. Además, el local ofrece lavandería, duchas y arreglo de ropa a precios accesibles, lo que facilita el descanso y la higiene durante largas rutas. El horario también se adapta a las necesidades del gremio: desayunos desde las 6:00, almuerzos a media mañana, menús diarios a partir de las 13:00 y cierre nocturno entre las 21:00 y las 23:00.

Ese compromiso con los camioneros se refleja incluso en los precios reducidos para profesionales, un gesto que mantiene vivo el espíritu de agradecimiento hacia quienes han convertido el Sarasatenea en su segunda casa. Con casi 50 años de trayectoria, este restaurante sigue siendo mucho más que un comedor de carretera: es un punto de referencia en Navarra, un lugar donde el trabajo duro encuentra reposo y la tradición culinaria se mezcla con la hospitalidad de siempre.