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La escondida ermita a las afueras de un pueblo de Navarra que recibe a miles de visitantes cada año

Parte exterior de la ermita de Santa Brígida en la localidad de Olite. AYUNTAMIENTO DE OLITE
Para llegar hasta este alejado edificio tienes que conducir por la carretera NA-6620 y seguir por una carretera secundaria.

Visitar Navarra es mucho más que simplemente ver Pamplona. Es cierto que visitar la capital es importante para conocer un territorio, pero los pueblos, las sierras y los bosques es vital para recibir toda la experiencia cultural de la zona. En muchas ocasiones, la verdadera historia de la región está oculta en esas pequeñas poblaciones.

Olite, por ejemplo, es una de esas localidades que aportan mucha historia a Navarra. Este municipio de más de 4.000 habitantes se ubica a 42 km al sur de Pamplona y a 51 km al norte de Tudela. Cada año recibe a miles de visitantes y es uno de los pueblos más visitados de la Comunidad foral. 

Gracias a una serie de restos arqueológicos, se puede saber que la historia de Olite empieza alrededor del siglo I. Por esa época se erigió un muro alrededor de un pequeño asentamiento romano. En ese mismo siglo, el rey godo Suintila fundó la antigua Olite, con una mayor fortificación para defenderse de los vascones.

En 1147, el rey navarro García IV Ramírez el Restaurador otorgó a Olite su primer fuero, el Fuero de los francos de Estella, dándoles por la misma ocasión tierras de cultivo. Tras siglos oscuros, la villa de Olite comenzó una etapa de esplendor durante la Baja Edad Media. Se convirtió en una población muy relevante y, a partir del siglo XV, el rey Carlos III el Noble comenzó la construcción del Palacio Real de Navarra en Olite.

A lo largo de la Edad Media está documentada la presencia de la comunidad judía en Olite. Disponía de su propio barrio, 'la judería', en el cerco de dentro, y está documentada la existencia de una sinagoga. Algunas familias permanecen en Olite durante generaciones, pero también encontramos judíos que vienen de otros lugares de Navarra, Castilla e incluso varios franceses.

En Olite, su monumento más destacado es el Palacio de los Reyes de Navarra, conocido como Castillo de Olite. Como se ha mencionado anteriormente, este palacio se construyó en el siglo XV de la mano de Carlos III el Noble. Su principal atractivo es el diseño desordenado, el cual se debe a las numerosas ampliaciones que se hicieron a lo largo del tiempo.

Otro edificio de mucha relevancia en esta localidad es la iglesia de Santa María La Real. Esta construcción es de estilo gótico y fue iniciada durante el primer tercio del siglo XIII y se terminó a inicios del siglo XIV. Su fachada, su portada y su retablo renacentista son los elementos que más sobresalen.

Pero Olite tiene también edificios escondidos del núcleo de su población. La ermita de Santa Brígida se encuentra a 5 km del centro de la localidad, rodeada de árboles. No se sabe con exactitud cuándo fue construida ni por qué el motivo de la advocación a Santa Brígida, aunque en el año 1283 se escribió un documento que la menciona.

La ermita se ajusta a modelos protogóticos de hacia el año 1200 y en su interior hay un retablo barroco de finales del siglo XVII alberga la imagen de Santa Brígida sentada. También fue utilizada como lazareto durante la peste negra, recluyendo a forasteros y personas afectadas.

Para visitar la ermita de Santa Brígida, es necesario conducir por la carretera NA-6620 desde Olite y subir por una carretera secundaria. Las visitas guiadas duran aproximadamente una hora y cuestan 5 euros por persona.