• lunes, 09 de septiembre de 2024
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SOCIEDAD

Reinventarse a los 60: dos amigos abren en un pueblo de Navarra un albergue con bar

Lejos de pensar en jubilarse, José y Salvador han dejado sus casas y trabajaos para trasladarse a 300 kilómetros y abrir su negocio en un pueblo de menos de 300 habitantes. 

Salvador Carles Aguilán y José Ramón Cabresa Satorres, dos amigos que se reinventan a los 60 y abren el albergue y restaurante El Mesón El Camino de Enériz. IRANZU LARRASOAÑA
Salvador Carles Aguilán y José Ramón Cabresa Satorres, dos amigos que se reinventan a los 60 y abren el albergue y restaurante El Mesón El Camino de Enériz. IRANZU LARRASOAÑA

José Ramón Cabresa Satorres y Salvador Carles Aguilán han dado un giro radical a sus vidas. Ambos tienen 61 años y, lejos de pensar en la jubilación, se han desplazado más de 300 kilómetros para emprender un nuevo negocio en un pequeño pueblo de Navarra. Les unió su afición al Camino de Santiago y ahora acaban de abrir un albergue de peregrinos en Enériz. Pero en mayo hizo un año de su llegada a la Comunidad foral. En este tiempo han abierto un bar cafetería en el mismo local en el que ahora se ha inaugurado el albergue. 

José y Salvador son naturales de Fraga y de Lleida, respectivamente. Los dos llevaban muchos años viviendo en la segunda localidad y compartiendo momentos haciendo el Camino de Santiago. "Nos surgió la inquietud de ponernos al servicio de los peregrinos", asegura Salvador. 

Jose trabajaba, desde hace más de 20 años, en una empresa de Lleida que se dedica a mobiliario de cocina. "Él es de oficio carpintero", especifica su socio. Por su parte, Salvador trabajaba, desde hace una década, como administrativo de una biblioteca pública. "Hemos renunciado a nuestros trabajos porque estábamos muy convencidos del proyecto", cuenta él. Lejos de pensar en la jubilación, los dos socios se han lanzado a una nueva aventura profesional que les resulta apasionante, la de montar un albergue de peregrinos

Salvador destaca que ha sentido cierto vértigo estos meses porque "no sabes cómo va a ir". Pero hace hincapié en que los dos socios se están tomando esta nueva etapa de sus vidas con cierta calma. "No hemos venido aquí a labrarnos un futuro ni tenemos grandes expectativas, simplemente queremos dar este servicio a los peregrinos", explica. Y recalca que los dos tienen una edad en la que "la gente se está jubilando". 

Ambos reconocen que Navarra era "una opción posible, pero no la primera". De hecho, la primera localización que barajaron fue "un pueblo pasado Burgos", pero no les terminó de convencer. Los dos socios tenían muy claro que buscaban una ubicación dentro del Camino de Santiago y cerca de una ciudad. 

Entonces empezaron a pensar en establecerse en Navarra, cerca de Santa María de Eunate. "Cogimos el Google Maps y vimos que el pueblo más cercano era Enériz", rememora Salvador. Dejaban atrás la idea de montar un negocio en el camino francés y optaban por el camino aragonés

Salvador Carles Aguilán y José Ramón Cabresa Satorres, dos amigos que se reinventan a los 60 y abren el albergue y restaurante El Mesón El Camino de Enériz. IRANZU LARRASOAÑA
Salvador Carles Aguilán y José Ramón Cabresa Satorres, dos amigos que se reinventan a los 60 y abren el albergue y restaurante El Mesón El Camino de Enériz. IRANZU LARRASOAÑA

Con la idea clara de trasladarse a vivir a Enériz, contactaron con el Ayuntamiento de esta localidad. "Nos contestaron muy pronto al correo que mandamos y nos dieron un par de opciones", relata Salvador. Entre ellas se encontraba la que eligieron finalmente, El Mesón del Camino. "Empezamos a venir para valorar el local y nos gustó", asegura. 

El Mesón del Camino fue en su momento un asador de referencia. Hablamos más o menos de hace una década. Desde entonces, otras personas explotaron el establecimiento con diferentes enfoques hasta que quedó cerrado. 

En sus anteriores etapas, este local había funcionado siempre como restaurante. "Nosotros lo cogimos con la idea de instalar en él un albergue de peregrinos", puntualiza Salvador. "Cuando llegamos a Enériz, ni se nos pasaba por la cabeza regentar un bar. Siendo claros, no habríamos venido sólo para abrir el restaurante. Hemos venido a montar un albergue de peregrinos", puntualiza. 

Pero, al llegar al pueblo navarro, se dieron cuenta de que no había ni un sólo bar abierto, ya que tan sólo existe una sociedad. "Fuimos conscientes de que no podíamos ofrecer un servicio de alojamiento en un pueblo en el que no iba a haber posibilidad ni de desayunar, ni de cenar, ni de comer".  

Los dos socios se lanzaron a la aventura: "Decidimos abrir el bar para que nuestros huéspedes tuvieran esos servicios". En mayo hizo un año desde que abrieron el bar y el albergue de peregrinos lo inauguraron a hace sólo unas semanas, a principios de julio. 

"El pueblo nos ha acogido de una manera espectacular. Estamos muy contentos porque hemos trabajado mucho", destaca. E insiste en que el servicio del bar-cafetería se va a tener que ajustar cuando se abra el albergue: "Tendremos que priorizar a los huéspedes". 

Salvador indica que ha varias cosas que tendrán que reajustarse. "Por ejemplo, el horario de cierre, ya que un alojamiento de peregrinos siempre cierra pronto porque hay que respetar el descanso de la gente", puntualiza. "Es un reto que me hace mucha ilusión. El hecho de reconducir el proyecto hacia lo que realmente hemos venido a hacer". 

El local original contaba con una zona de bar y otra de comedor, además de una terraza. Precisamente, es en esa zona de comedor donde se ha instaurado el albergue para peregrinos. Tendrá un aforo máximo de ocho huéspedes, distribuidos en cuatro literas. La parte de arriba del edificio que alberga El Mesón del Camino se ha rehabilitado como espacio de vivienda para los dos socios. 

Imagen de las literas del nuevo albergue para peregrinos El Mesón del Camino, en Enériz. CEDIDA
Imagen de las literas del nuevo albergue para peregrinos El Mesón del Camino, en Enériz. CEDIDA

Este nuevo albergue en Navarra está pensado para peregrinos, pero también para el público general. "Puede venir todo el mundo", informa Salvador. No obstante, subraya que ha dos tarifas: una específica para los peregrinos y otra para el resto de huéspedes. Y se muestra muy satisfecho porque ya empiezan a llegar las primeras reservas: "Estamos muy contentos". 

Además, se muestra convencido de que los peregrinos van a acoger muy bien este nuevo servicio. "El feedback que tenemos de los peregrinos que han pasado ya por el bar es muy positivo", destaca. Y explica que las personas que hacen el camino aragonés se encuentran con que hay muchos menos servicios que en el francés: os servicios. Cuando llegan a este pueblo y se encuentran con un lugar acogedor lo agradecen mucho. Nos ha hecho darnos cuenta de que vamos bien. 

LA CARTA DEL BAR

El Mesón del Camino mantiene el nombre que ostentaba antaño el asador. Sin embargo, su oferta gastronómica es diferente. "Ofrecemos un servicio de bar-cafetería, con comidas de preparación sencilla y rápida, además de bebidas, cafés o infusiones", detalla Salvador. 

En la carta son llamativos los guiños a la cocina catalana: "El más característico es, sin duda, el pan tumaca", concreta este socio. En ella los clientes pueden elegir entre varias ensaladas, una amplia variedad de bocadillos fríos y calientes, tapas, platos combinados, tostadas y pizzas. 

"Somos una oferta sin pretensiones. Modesta, pero que tenido muy buena acogida", comenta Salvador. "También hemos hecho todo lo posible para adaptarnos. Tenemos la carta original, que preparamos cuando abrimos el bar, y, más o menos, se ajusta a lo que estamos sirviendo. Pero si los clientes piden otra cosa y lo podemos hacer, lo hacemos". 

No todos son ventajas. Uno de los inconvenientes que encuentran los dos socios tras abrir este bar y albergue de peregrinos en Navarra es que tienen menos tiempo para hacer el Camino de Santiago. Pero no descartan volver a ponerse pronto en rumbo hacia Galicia. "Llevamos un año y todavía no hemos hecho todo lo que veníamos a hacer. Tenemos que ver ahora, a partir de mayo, qué ritmo de trabajo tenemos y si vamos a ser capaces de ofrecernos nuestras vacaciones", explica.

¿Cuánto tiempo se quedarán estos dos amigos catalanes en Navarra? Es una incógnita. "Tenemos la edad que tenemos y no nos planteamos que esto sea una cosa para muchísimos años pero, al mismo tiempo, nos gustaría estar en Enériz mucho tiempo", asegura Salvador. 


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