En Pamplona, Alonso, Alonso, Alonso

Era diciembre del año 1984. 

Acudí acompañado de mi abuela al Centro Territorial de Navarra de Radio Televisión Española sito en la calle Aoiz de Pamplona a participar en un concurso de villancicos organizado por la radio.

Y, aunque a mis queridos amigos les parezca mentira, lo gané, pues mis dotes musicales en aquel momento eran notables y notorias.

¡ Ay, qué gran cantante se perdió conmigo! (Entiéndase la ironía)

El premio estaba dotado con un lote de libros y distintos artículos facilitados por la tienda de textil, Alonso.

¡ Alonso, Alonso, Alonso! O lo que es lo mismo…Calzoncillos, calzoncillos, calzoncillos!

Eso sí que era publicidad de la buena. Se te quedaba grabada en la mente esa música publicitaria que no podías quitarte de la cabeza en todo el día.

No recuerdo qué libros fueron los que me dieron, aunque, intuyo, que sería alguno de la editorial Barco de Vapor o, en su defecto, algún clásico infantil como La isla del tesoro o 20.000 leguas de viaje submarino.

El otro día leía la noticia en la que se advertía que hasta el próximo 6 de octubre se podrá disfrutar en la Plaza del Castillo en tres pabellones y de la mano de 16 librerías de la Feria del Libro Antiguo.

Un obligado paseo en el que tanto los menos jóvenes como los más pequeños podrán imbuirse en una mágica aventura que les conducirá a rarezas literarias, a libros de ocasión o a facsímiles de todo tipo. 

En una conferencia a la que asistí la semana pasada sobre disciplina positiva apuntaba la conferenciante que cada vez nuestros hijos están más hiperregalados, hiperestimulados e hiperconectados.

Qué mejor ocasión para regalar un libro a tu hijo, estimularlo con las actividades que se dan cita en esta Feria y conectarle con el mundo de la cultura.

Ya lo saben…

¡ Alonso, Alonso, Alonso….o lo que es lo mismo, Libros, Libros, Libros!

Todo este eslogan acompañado por mi cálida voz, a la postre, ganadora de un concurso.