Maquiavelo Sánchez

La inesperada convocatoria electoral de Pedro Sanchez, anunciada casi de madrugada, reaccionando ante el fracaso electoral, parece responder en parte a una fiel interpretación de la obra de “El Príncipe” de Nicolás Maquiavelo, escrita en 1513.

Sánchez se ha mimetizado en parte de los pensamientos y reflexiones del político renacentista italiano y los está y seguirá implementando con toda fidelidad.

Decía Maquiavelo “Cualquiera puede comprender lo loable que resulta en un príncipe mantener la palabra dada y vivir con integridad y no con astucia”

“La experiencia de nuestros tiempos demuestra que los príncipes que hacen grandes cosas son los que han dado poca importancia a su palabra y han sabido embaucar la mente de los hombres con su astucia”.

Y añade, “Si todos los hombres fuesen buenos no sería justo este precepto, pero puesto que son malvados y no mantendrían su palaba contigo, tú no tienes que mantenerla con ellos”.

En consecuencia la campaña del PSOE que anuncia Sánchez plantea ahora obviar a EH-Bildu y Podemos, y enfrentar a todos contra el centro-derecha que puede pactar con VOX y ganarle las próximas elecciones.

Cuando es obvio que todos esos partidos, por mal que nos pese a algunos, forman parte de las opciones electorales de España, y quien precisamente se ha servido de ellos para tener el Gobierno ha sido Sanchez, y alguno de sus barones

La convocatoria del 23 de julio ha dado vida a “barones y baronesas” que a punto de perder su trono, se replanteen la situación y su “mantra” próximo será atacar como sea al centro-derecha por sus posibles pactos con VOX olvidando su compadreo con EH-Bildu y resto de izquierdas e independentistas.

El pacto es algo usual, y a veces conveniente, pero normalmente entre fuerzas más o menos afines en principios básicos, que defienden algo similar, y sobre todo el bien común, lo contrario es secuestrar los votos personales de los incautos ciudadanos y mirar solo por el interés propio es decir su status y el reparto de sillones.

Ejemplo es Navarra, donde de repente han aparecido cordones sanitarios por ambos extremos, y se hacen cábalas,ofrecimientos y descabelladas proposiciones para alcanzar los sillones, sin importarles la opinión de los votantes sumergidos en un auténtico mar de dudas.

En la C. Foral el progresismo, sinceramente no sé a qué responde este término, nuevo para Maquiavelo, que pudiera ser maquiavélico, pero prioritario y fundamental para pactar.

Esta hipocresía partidista con el único afán de ocupar el sillòn, sin gobernar para el interés general, pues malamente se puede hacer condicionados por el pacto entre fuerzas que no comparten sus básicos principios, resulta una estafa y engaño al electorado.

 Si no desterramos esa frivolidad e hipocresía, el párrafo final de capítulo de la obra de MAQUIAVELO al que me refiero, continuará en plena vigencia: “ el vulgo siempre se deja llevar por la apariencia, y por el éxito del acontecimiento; y en el mundo no hay otra cosa que vulgo y la minorías no tienen sitio cuando la mayoría tiene donde apoyarse”.

Carta enviada por José Luis Díez Díaz.