"¿Estás diciendo, rojazo mío, que los jóvenes que no pueden acceder a un coche, no pueden acceder a una casa, ahora también te parece mal que salgan a tomarse algo?"
- viernes, 23 de mayo de 2025
- Actualizado 19:16
Pertenezco a la última generación que ha llegado renqueando a donde llegó la de sus padres. Más o menos todos hemos comprado un piso, tenemos un coche y nos vamos regularmente de vacaciones, cada vez menos días, eso sí. En los 90 no era algo extraordinario que muchas familias, además, tuvieran una segunda residencia, generalmente en la playa. La mía ya de eso no ha catado. El apartamento en Salou ha sido una quimera inalcanzable.
A la siguiente generación, la que ahora tiene unos 25 o 30 años, solo les ha ofrecido esta izquierda que nos gobierna desde hace años salvar a las focas en el Ártico con bici, compartir piso de alquiler hasta los 40 años y callar. Los que consiguen un trabajo decente, que esa es otra, ¿dónde hay un trabajo decente ahora en Navarra?, su sueldo se va en pagar impuestos, no pueden acceder a ningún bien de consumo importante y si salen a socializar o se compran una entrada para un gran concierto, uno o dos al año, un zurdo les levanta el dedito y les llama vagos y manirrotos. ¿Cuál es el incentivo entonces de currar hoy?, le pregunté. Silencio.
Estoy un poco aburrido del sintagma de los progres: “cómo va a ir mal la economía si están los bares llenos. La juventud no es capaz de privarse de nada”. Tomar una cerveza y dos croquetas en el Fitero, un escombro con un crianza en el Bodegón Sarria, un bocata de la casa en el Jesús Mari o una tostada de queso con chile habanero en el Savoy como sinónimo de ser poco menos que un millonario. Está eso e ir en avión privado. No hay más. Pues muy bien.
La realidad es que si escarbas un poco en la grandilocuencia de la afirmación, a lo que se refieren es que algo el jueves, un poco más el viernes y el sábado, básicamente, en San Nicolás, la plaza del Castillo, la Estafeta y algún otro garito diseminado por ahí hay gente de pie en los bares echando un bocado y un trago. Estupendo… y ridículo, claro. ¿Cuánto te puedes gastar en esas incursiones hosteleras, no sé, 30 €-50 €? Por 60 € semanales, que no se diga que somos unos tiesos. La economía va bien porque una persona puede gastarse 60 € a la semana en pinchos y cañas.
Como se te ocurra rebatir con un a ver, a ver, a ver… para, para. ¿Estás diciendo, rojazo mío, que los jóvenes que no pueden acceder a un coche, no pueden acceder a una casa, ahora también te parece mal que salgan a tomarse algo? Explícame eso mejor porque estoy flipando.
Si se quedaran en casa y se guardaran ese dinero, podrían tener lo que quisieran, remata el colega con su carnet del PSOE en la boca.
Hago un cálculo mental rápido: unos 2.000 € de ahorro al año dan como resultado que en 100 años podrán tener pagada tu “mansión” de 200.000 € con jardín, piscina y siete dormitorios. Va, te regalo 25 años. Incluso 5 habitaciones, el jardín y la piscina. Si te pegas 75 años sin ver la luz del sol social, tienes pagado tu pisito de dos habitaciones.
Y encima, a los jóvenes de hoy les toca lidiar con más problemas que nosotros. Con esquivar al chino de Jarauta, solucionábamos el tema de la inseguridad. Ellos, en cambio, enfrentan una violencia mucho más elevada, mientras les piden que se conformen con menos y callen.
Luego que por qué se hacen fachas los jóvenes. No lo entiendo, clama asustado el mismo tipo de izquierdas que les insulta a diario. Es que cada vez son más fachas, insiste. Normal. Como para no hacerse facha con el mundo que les habéis diseñado los rojos. Y eso es todo.
