El bar familiar de Pamplona que cumple 25 años donde el bacalao es el rey de la casa
El bar Oporto de Pamplona es uno de los pocos bares familiares de barrio que mantienen una personalidad propia con el paso de los años. Ha cumplido 25 de vida y reúne cada día a los clientes de siempre con una comida casera, donde el bacalao es el Rey de la casa.
El bar Oporto está situado en la calle Padre Tomás de Burgui número 13, en pleno barrio de la Rochapea en la capital navarra. Muy cerca de otros establecimientos de comercio local que hemos conocido en la ciudad.
Como es el caso, por ejemplo, de la frutería de Ignacio Lacuey que a sus 73 años sigue trabajando a diario, o el zapatero que está a punto de cerrar después de 25 años en el barrio.
El bar Oporto abrió sus puertas hace medio siglo gracias a la portuguesa Berta Ricardo de 73 años, natural de Lisboa, que se estableció en el barrio con su familia. Con el paso de los años, le ayudó su hija Xana Ricardo que ahora ha tomado el relevo y mantiene el mismo estilo: comida casera y un trato familiar en un bar muy popular.
El local fue antes una cristalería y ellas le pusieron el nombre y transformaron el local en un bar muy popular que sigue igual: "Solo lo hemos pintado y alguna cosa más, pero apenas ha cambiado desde el principio", explican. Dispone de barra y varias mesas en el interior, además de una terraza en el exterior.
Están felices en su negocio: "El bar va muy bien. La verdad es que bien. Estamos contentas. Vinieron primero mis padres que abrieron el camino después de batallar mucho y para mí ha sido mucho más fácil", afirma Xana de 48 años de edad.
No han hecho mas que trabajar desde hace 33 años: "Antes del bar Oporto tuvimos una tienda de alimentación en Cuatrovientos, otra también de alimentación en Bartolomé de Carranza y luego la cafetería Nando en Villava", asegura Berta que llegó a Pamplona en 1993.
Pamplona le parece "maravillosa". "Por eso me quedé. Siempre hemos vivido en la Rocha". Lo más característico del bar Oporto "es la comida casera portuguesa como el bacalao con el que trabajamos, el vino y cerveza", señala Berta.
Trabajan mucho con productos de Portugal "como el pulpo, la carne de cerdo con almejas, los callos, los morros, las paticas, incluso ajoarriero, y mollejas. Tenemos menú para comidas y cenas pero la gente se ha acostumbrado a reservar", explican.
Abren todos los días de la semana "para las 8 de la mañana" y el cierre "sobre las doce de la noche o más tarde según haya gente. A partir de las doce del mediodía empieza el jaleo. Estamos muy contentas con la gente del barrio. Es gente muy maja".
Berta, la madre, sigue "contentísima" en Pamplona ayudando a su hija de vez en cuando "Sino no estaría aquí", indica. Destaca que solo cierran el día de Navidad y luego quince días en agosto para irse de vacaciones: "Nos da para no deber nada a nadie. A ricos no vamos a llegar pero está bien", concluyen.