COMERCIO LOCAL
El zapatero de Pamplona que está a punto de cerrar su tienda después de casi 25 años
Al futuro relevo en la tienda le augura: "No le va faltar trabajo si aprende y lo hace bien. No tendría ningún problema", asegura el dueño.
![Fachada de la tienda zapatero Monkart en la Rochapea. Navarra.com](/asset/thumbnail,992,558,center,center/media/navarra/images/2024/12/20/2024122013561510870.jpg)
La tienda de reparación de calzados Monkart en Pamplona es uno de esos locales imprescindibles en todo comercio de barrio, que arreglan casi de todo: zapatos, llaves, bolsos o pequeños artículos de cuero por complicado que parezca.
Calzados Monkart está en la calle Raimundo Lanas 8 en pleno barrio de la Rochapea. Muy cerca de otros establecimientos que hemos conocido en este apartado de comercio local en la capital navarra.
Como, por ejemplo, el zapatero Cándido que cumplió 45 años de vida con una gran celebración, o la frutería Ignacio, que a sus 73 años no se quiere jubilar y sigue al pie del cañón.
El pamplonés Sebastián Albeniz Rubio tiene 67 años de edad y lleva en la tienda Monkart desde el año 2001: "Yo llevo más de 40 años en este oficio. Primero en otros barrios y ahora trabajando solo hasta que me canse" en su local de la Rochapea.
Cree que es una tienda que hace falta en el barrio "porque cada vez hay menos gente que se quiera dedicar a esto. Yo he estado en San Juan trabajando y ahora no hay nadie". Tampoco hay relevo en la familia "ni fuera de ella. En Pamplona solo un zapatero ha podido traspasar el negocio. Nada más", señala.
Ha conseguido diversificar su oferta como en todos los sitios: "Hago duplicados de llaves, placas de buzón, afilados y todo tipo de trabajo de reparación. El precio es medio, el que hay que tener siempre, con el mejor material y una buena calidad en la terminación. La gente tiene que estar contenta", explica Sebastián.
Explica el secreto de seguir trabajando: "Porque me crea una satisfacción cuando alguien me dice que está bien hecho y vuelve. Eso me produce una satisfacción que no tendría ni estuviera jubilado. esto me gusta. Sigo por satisfacción personal. Si vendría alguien, yo me iría"
Sebastián cree que aun se puede vivir "bien y con dignidad" de este trabajo. Eso que ahora "me he limitado mucho el horario. Solo trabajo por la mañana debido a mi edad, pero de todas formas la reparación y el volumen de trabajo han bajado. La gente compra más calzado nuevo".
El problema fundamental en la venta "es internet, que es donde se vende realmente barato y de mala calidad. Esto está pasando en todos los gremios. Faltan fontaneros, electricistas, soldadores... Me dicen que no me vaya pero algún día me tendré que ir", indica.
Al futuro relevo en la tienda le augura "que no le va faltar trabajo si aprende y lo hace bien. No tendría ningún problema. Hago todo tipo de zapatos, mochilas, cinturones y las cosas más raras que te puedas imaginar como equipos de buceo", asegura el zapatero.
Tiene un abanico muy amplio de clientes "desde gente muy mayor de hasta 90 años hasta chavales de 16 años. En ese sentido no me puedo quejar. El abanico es grande", a la vez que reconoce que en la Rochapea "quedamos tres tiendas y es el barrio en el que más tiendas quedan con este oficio", concluye Sebastián.