Comercio Local

El bar de tres hermanos en un pueblo de Navarra que arrasa con su barra de pinchos: "Están de locura"

Fran y Nekane en la barra del bar Titi en la localidad de Santesteban. Navarra.com
“Tenemos una cocina que lleva mucho trabajo, pero procuramos mantener ese cariño que mi madre nos enseñó", aseguran emocionados.

Tres hermanos al frente, una cocina que huele a tradición y unas croquetas que hacen historia. El Bar Titi ha cumplido 37 años sirviendo desayunos a primera hora, cazuelicas al mediodía, pizzas por la tarde y copas al anochecer. Un local de los de toda la vida que ha sabido renovarse sin perder el sabor de casa.

Está muy cerca de Casa Santamaría, un restaurante de cuarta generación que tiene una gran fama en el pueblo, y al lado de la deliciosa pastelería Casa Julia en plena calle Mayor del pueblo.

En la barra, la actividad no para. Los fritos de pimiento vuelan a media mañana y por la noche el ambiente cambia por completo: pantallas para ver el fútbol, buena música y copas bien tiradas. Desde hace años, este bar no solo ha llenado estómagos, también ha acompañado generaciones de clientes con el mismo ingrediente: el trato cercano.

El secreto está en la cocina. Así lo cuenta Fran Ezkurra Sarratea, de casi 52 años, que gestiona el negocio con sus hermanas Nekane y Jaione. “Lo abrieron mis padres, Santos Ezkurra y María Dolores Sarratea, en 1988, y siempre ha sido familiar”, ha explicado. “Este año hacemos 37 y ya vamos camino de los 40”.

El Bar Titi fue reformado por completo en 2011, el local ha ampliado sus instalaciones con una terraza cubierta en la parte trasera que se ha convertido en uno de sus grandes reclamos. “Tenemos una cocina que lleva mucho trabajo, pero procuramos mantener ese cariño que mi madre nos enseñó. Era una gran cocinera y nos dejó ese legado”, ha comentado Fran.

Las especialidades más famosas son las croquetas, la tortilla de patata, las pizzas y la txistorra casera, pero en la carta también hay ensaladas, raciones, cazuelas, platos combinados, hamburguesas, revueltos y tostadas.

No hay menú del día en el bar Titi de Santesteban, pero sí una propuesta que ha sabido ganarse el paladar del cliente habitual y del que llega de paso. “Lo que más gusta son los pinchos, las cazuelicas… están de locura. La gente valora mucho la calidad, el sabor, y que todo se haga con mimo”, ha asegurado.

Abren de lunes a viernes a las seis de la mañana. A primera hora, su clientela es fija: gente trabajadora que entra buscando un café y algo de comer. Los martes cierran a las tres de la tarde; miércoles y jueves, a las nueve de la noche; viernes y sábado abren todo el día y los domingos descansan.

Barra de pinchos del bar Titi en la localidad de Santesteban. Bar Titi.

“Nos organizamos para que todos podamos desconectar”, ha dicho Fran. En total, unas 13 o 14 personas forman parte del equipo, entre ellas su hija mayor, varios sobrinos, tres personas en cocina y camareros los fines de semana.

En redes sociales, las reseñas hablan por sí solas. “La verdad que ha sido una maravilla tanto para comer como para cenar. Se puede encargar para llevar a casa”, ha escrito una clienta. Otro comentario ha destacado la variedad de la carta: “Las pizzas están ricas, los pimientos verdes también, las ensaladas están buenas y los postres también. Las carrilleras eran un poco más flojas, pero con salsa rica. Tiene una terraza enorme y sirven muy bien. Buena barra de pintxos también”.

Pero si hay un comentario que define lo que muchos piensan, es este: “Los mejores pinchos, ¡con mucho!, de la zona. No dejes de entrar si pasas por Doneztebe para probar sus inigualables croquetas de hongos, ricas en aroma del bosque y melosa su besamel de lujo envuelta en una costra crujiente… ¿No se os hace la boca agua de solo leerlo? ¡Pues no os conforméis y probadlo con los ojos, las narices, las manos y el paladar!”.

Aunque el futuro del bar aún no está escrito, Fran y sus hermanas tienen claro que seguirán al pie del cañón mientras el cuerpo aguante. “Cuando nos jubilemos ya será otro debate. Yo soy el más joven y mis hermanas cumplen este año 54 y 55. Aún nos queda más de lo que nos gustaría. Pero la gente está muy contenta con nosotros. Si no, no habríamos aguantado tantos años. Esto no es casualidad”.