Cierra la tienda más antigua del barrio de Iturrama en Pamplona: "Los clientes casi se echan a llorar"
La última tienda de ultramarinos del barrio de Iturrama en Pamplona se ha despedido de sus clientes. Carolina Medina recogió el pasado viernes en pocas horas todo el cariño de los vecinos y amigos que durante muchos años han entrado por la puerta a comprar sus productos.
Se trata de la tienda Comestibles Ibáñez, la primera que se abrió en el grupo de casas Felipe Rinaldi, que se construyeron a principios de los años 60 en el incipiente barrio de Iturrama.
Está muy cerca de otros establecimientos que hemos conocido en este apartado de comercio local, como es el caso, por ejemplo, de la cafetería El Ambigú donde desayunas como en un hotel de cinco estrellas.
Varios carteles en el escaparate anunciaban el cierre: "Comestibles Ibáñez se despide tras 70 años. Muchas gracias a clientes y amigos. Les seguiremos atendiendo en frutas y verduras Eli en el mercado de Ermitagaña. Tras más de 70 años con vosotros nos despedimos dando las gracias a todos nuestros clientes y amigos".
En realidad no son 70 años, sino 62 ya que oficialmente la tienda se abrió el 17 de enero de 1962. La historia de la tienda arranca con Arcadio Ibáñez San Juan que abrió la tienda con 25 años de edad junto a su mujer Conchita. Conseguían fruta y verdura de sus propias tierras de cultivo en Miranda de Arga, localidad natal de Arcadio.
Dejaron su negocio en manos de su hijo pequeño Joaquín y de su hermano Óscar, que estuvieron al frente casi 30 años. Con el tiempo, una enfermedad de Joaquín le hizo pasar el testigo a la brasileña Eliane de Sousa Medina, que era su pareja, y a Carolina Medina hasta la actualidad.
A partir de ahora, tanto Eli como Carolina atenderán a sus clientes en el punto de venta que tienen en el mercado de Ermitagaña 'Frutas y verduras Eli', desde donde llevarán fruta y verdura a algunas de sus clientas en el grupo Rinaldi. Todo un detalle.
Carolina Medina, de 36 años, llevaba ocho años atendiendo en Comestibles Ibáñez: "No cerramos nuestra actividades por completo. Cerramos este punto pero seguimos en el mercado de Ermitagaña con el puesto de frutas y verduras Eli. Hemos decidido servir mejor desde un solo punto de venta y aquí lo dejamos, pero no cerramos nuestras actividades".
"Es para atender mejor y el mercado de Ermitagaña es un punto de venta más grande y organizamos mejor nuestros encargos. Tenemos el puesto de frutas y verduras, y también el puesto de conservas y aceitunas. Aquí se sigue vendiendo aunque sea un barrio de personas mayores", señala Carolina.
"Si no me equivoco es la tienda más antigua de Iturrama. Da un poco de pena porque cogemos cariño, pero son los cambios. Me dicen algunas clientas 'me voy que no quiero llorar', pero seguiremos trayendo la compra desde Ermitagaña. Yo me voy de aquí y trabajaré en el puesto de Ermitagaña aprovechando que un chico se marcha".
Se marcha del barrio emocionada: "He tenido la experiencia más bonita en esta tienda. Las señoras me abrazan con cariño. Veo a los niños que hace nueve años venían con sus madres dentro del carrito, que ahora vienen con la chuleta de la compra. Es una pena pero los cambios son para mejorar", concluye Carolina Medina.
Las últimas horas de trabajo han sido muy emocionantes en Comestibles Ibáñez. Ha recibido muchas visitas y ha engordado la 'caja' más de lo habitual. Todos lamentaban el cierre. Javier, un cliente jubilado solo ha podido decir 'hasta la vista' con los ojos llenos de lágrimas.
Dos clientas le han entregado dos ramos de flores a Carolina por el buen trato recibido y por la amabilidad con la que siempre han tratado a todos los vecinos y amigos del barrio. A las 20 horas ha llegado el triste momento del adiós a Comestibles Ibáñez.