400 kilos de espárragos cada día: el agricultor navarro que los vende directos del campo en su tienda
En plena Tierra Estella, cuando aún se notan los estragos de la lluvia en los campos, Javier Pérez de Zabalza se abre paso entre surcos y madrugadas. Tiene 30 años, una familia que le acompaña, cuatro temporeros que le siguen el ritmo, y un cultivo que exige algo más que dedicación: espárrago de Navarra, uno de los productos más emblemáticos y apreciados de la huerta foral.
La campaña ha arrancado con retraso este año, una circunstancia poco habitual que ha trastocado los planes de agricultores como Javier. El agua acumulada en las fincas ha obligado a reducir las hectáreas de cultivo. “Este año hemos empezado unos 20 o 25 días más tarde. Aún hay bastantes charcos en las fincas y la tierra está muy cargada de agua”, ha explicado. Por eso, de las 13 hectáreas que tenía previstas, solo ha podido trabajar 6: “El resto se queda para el espárrago triguero, que tengo mercado”, cuenta con naturalidad.
A pesar del contratiempo, Javier no ha bajado el ritmo. Las noches se llenan de actividad: recolecta a oscuras, selecciona al amanecer y vende por la mañana. El día empieza cuando otros duermen y termina con el cartel de "agotado" colgado en la tienda. “Da igual que tengas 200 o 300 kilos. Para las doce o la una ya no queda nada”, afirma desde su finca en Legaria, el pueblo donde cultiva y organiza toda su logística.
En este rincón de Navarra, conocido también por el encanto de su único bar restaurante y por una curiosa novedad en sus fiestas patronales, Javier se ha ganado un lugar entre los referentes del sector. No solo con el espárrago: en septiembre, cuando los días se acortan y las temperaturas bajan, arranca también su campaña del pimiento del piquillo, otro de los tesoros hortícolas navarros.
El cambio de ritmo lo ha marcado el sol, que ha asomado finalmente tras semanas de inestabilidad. El calor ha hecho brotar los espárragos con fuerza y, con él, ha llegado también la calidad. “Ahora está muy tierno, se rompe nada más tocarlo, y está saliendo de más calibre, más gordo, como se dice popularmente”, ha explicado entre risas mientras pesa un manojo recién recolectado.
Cada día, lo recogido en el campo viaja hasta Murieta, donde su mujer atiende la tienda situada junto a la carretera nacional Estella–Vitoria. Aunque este año solo abren por la mañana, el producto vuela. El espárrago navarro, fresco, grueso y blanco, tiene fieles que no fallan. Y es que la labor de agricultores como Javier sostiene un producto que no solo es seña de identidad de Navarra, sino también un símbolo de esfuerzo, calidad y arraigo.
El ritmo de trabajo es frenético. La cuadrilla —una pareja de Jódar (Jaén) con sus hijos— entra al campo al caer la tarde. “Para las ocho y media ya están cortando espárrago. Yo me dedico desde las doce de la noche a seleccionar en el almacén. Así que toda la noche me la paso entre cajas y básculas, y luego toca vender al por menor”.
No trabaja con cooperativas ni conserveras. Su modelo es claro: venta directa al consumidor. “Todo lo que tengo lo entrego al particular. Me llaman clientes habituales, pero no puedo salir a los mercados ni ir a Mercabilbao o a Pamplona. No hay cantidad suficiente. Todos los días tengo que decir que no podré abastecerles”, asegura Javier Pérez de Zabalza Sanz.
Este año ha logrado remontar una campaña complicada, aunque con menos producción de lo esperado. “Hace diez días cogíamos 80 o 100 kilos. Ahora ya pasamos de los 400, casi 500 diarios. En el momento cumbre espero llegar a unos 1.000 kilos, pero sigue siendo menos de la mitad de otros años. Eso sí, la calidad es superior”.
Y aunque ofrece espárrago de primera, de segunda, yemas, triguero, y también las piezas más gordas o finas, se vende todo igual de rápido. “La gente suele tirar más por el espárrago gordo, pero la calidad es la misma en todos”, ha asegurado.
Lleva nueve años dedicado al espárrago, pero ya tiene claro que su ciclo está cerca del final. “Me quedan cuatro años más. No voy a plantar más. No se ve futuro. Nos aprietan de todos los sitios: el precio de los suministros sube y el producto no vale lo que debería. Y los trabajadores tienen que tener un salario digno. Así no se puede seguir”.
Si quiere reservar espárrago fresco, no dude en llamarle al teléfono 620 485 463 o escribirle por WhatsApp. También puede pasarse directamente por Murieta, encontrará su tienda a pie de carretera.