Osasuna siempre ha dado la cara y ha puesto en estos encuentros todo el empeño por ganar, haciendo sufrir, casi siempre, a los de la capital madrileña.
- lunes, 03 de marzo de 2025
- Actualizado 22:14
Este es uno de los encuentros de cada temporada que tiene mucho atractivo, emoción y curiosidad por ver a unos cuantos jugadores de los llamados “galácticos” y cuyo valor de mercado está en la estratosfera respecto a las cuentas que maneja Osasuna. Además de todo esto, Osasuna siempre ha dado la cara y ha puesto en estos encuentros todo el empeño por ganar, haciendo sufrir, casi siempre, a los de la capital madrileña.
Esta vez no iba a ser menos y el míster rojillo ha puesto sobre el césped lo mejor que tiene a mano, incluido Herrando por la sanción a Boyomo. El esquema táctico, el de casi siempre: 4-1-4-1 y a esperar los arreones de los madrileños, porque con tanta figura en el campo, uno no sabe por dónde aparecerán.
Hemos tenido el premio de ver tres partidos en uno, además de disfrutar del esfuerzo rojillo y contar con unos jugadores rojillos que han dejado la piel en el césped. Llenazo en El Sadar, tarde primaveral, tendido de sol en la primera parte y un gran mosaico rojillo que ponía la base de la tarde que se avecinaba.
Lo de los tres encuentros es lo siguiente: un primer partido blanco total (hasta el minuto 15) con gol incluido, el 0-1 de Mbappé, que hacía prever una catástrofe rojilla. Aquí comienza el segundo encuentro, en el que los blancos se acomodan demasiado pensando que el encuentro se les presenta fácil y que ya llegarán los goles, incluso aunque estén con 10 en el campo (eso era lo que nos parecía a todos los presentes).
Pero mira por dónde los rojillos comienzan a creer que algún susto podían dar y comienza el tercer encuentro. Se van acercando poco a poco a la portería de Courtois y, en una de esas jugadas raras, el VAR nos devuelve uno de los favores robados en otros partidos. Penalti, y Budigol (1-1).
Los 30 minutos restantes fueron de los característicos en El Sadar en los grandes encuentros (deberían haber consultado con el Barça): no dar un balón por perdido, cerrar todas las puertas a los blancos y observar los inimaginables regates de Vinicius, ¡vaya repertorio!
Acertados cambios los de Vicente Moreno para compensar el esfuerzo físico de los laterales. La entrada de Muñoz y Moi por el centro para dar un poco más de alegría, si nos dejaban. Todo ello resultó y compensó el esfuerzo; los jugadores estuvieron a gran altura. Mención especial a Herrando y a Sergio, que casi siempre nos salva puntos.
Estos partidos no son propios para sacar conclusiones, porque un Real Madrid más responsable nos pasa por encima, pero para ello hay que ganar a Osasuna, y en este momento parece muy difícil. El Celta de Vigo será un buen examen.
Nota: el míster, si no estoy mal informado, termina contrato en junio; ¿le renovamos ya o tenemos pensado algún otro?
¡Aúpa Osasuna!
