Las dos mujeres que abren con éxito el único bar en un pueblo de Navarra de 300 habitantes: "Es una avalancha"
El bar restaurante de una localidad navarra ha vuelto a abrir sus puertas este pasado 25 de febrero, devolviendo la vida social al pueblo. Tras varios meses cerrado, el único bar de la localidad ha reabierto con una gran acogida y un lleno absoluto en sus primeros días.
Esta localidad navarra está a solo diez minutos de Pamplona y a solo dos kilómetros de Noáin, que es la localidad con más habitantes de la zona.
Al frente del negocio están la nueva gerente Elena Malaguilla Rodríguez, de 47 años, y Carmen Moreno Espada, de 62, dos veteranas de la hostelería que han trabajado juntas durante años. "Somos de Beriáin y conocemos bien este mundo", cuenta Malaguilla, quien atiende la barra mientras que Moreno se encarga de los fogones.
"Antes de la pandemia ya estuvimos en este mismo bar, luego Carmen llevó el bar de los jubilados en Beriáin y yo aproveché para sacarme el grado medio en panadería, confitería y pastelería. Ahora volvemos y la verdad, no podemos estar más contentas", añade.
El público ha respondido con entusiasmo a la apertura del bar Getzenea en Salinas de Pamplona. "Desde el martes hemos gastado un barril de cerveza entero, ¡no nos lo esperábamos!", dice con una sonrisa. El menú del día cuesta 13,50 euros con café incluido y se ofrece de lunes a viernes, aunque la carta es mucho más amplia:
Ensaladas, platos combinados, raciones, hamburguesas y bocadillos. "Damos almuerzos desde las 9:30 de la mañana y por la noche, cuando hay fútbol, también cenas", explica. Los fines de semana, la estrella es el vermú con fritos caseros, que ya ha conquistado a muchos clientes.
La oferta del Getzenea no deja indiferente. "En la barra nunca falta nuestra tortilla de patata con oreja, el ajoarriero casero con huevo, los pinchos de bacon y panceta, los callos, los morros o las cazuelicas", detalla Malaguilla. "Y como la terraza es grande y muy agradable, aquí se junta mucha gente", apunta.
La expectación era tal que el comedor ya tiene reservas para el fin de semana y se espera un lleno absoluto. No es de extrañar: el bar llevaba cerrado desde el 1 de septiembre, y los vecinos estaban deseando volver a tener un punto de encuentro. "Es una avalancha. Aquí la gente estaba como leones enjaulados", bromea Malaguilla.
La anterior propietaria, también de Beriáin, dejó el negocio tras ser madre, y ahora el relevo llega con ganas de innovar. "Estamos a tope de ilusión y muy abiertas a lo que nos pidan los clientes", subrayan. El bar Getzenea abre de martes a domingo y solo cierra los lunes.