Gracia Tanco Crespo es una mujer de Pamplona de 53 años que se dedica desde hace más 25 a la pastelería artesana. Sus abuelos fundaron el obrador en el que trabaja en la actualidad hace alrededor de 60 años, y en 1975 nació la marca que todavía hoy conserva en la tercera generación, y que cumple medio siglo de vida.
En su primera instancia, contaba con dos sedes en la capital navarra: una en la Plaza del Vínculo, y otra en la calle Guelbenzu, además del obrador de pastelería, situado en un barrio de Pamplona. En la actualidad, se mantiene el obrador, y el local ha crecido con la tienda y una cafetería en la que se pueden probar los productos que realizan en él, todos "de manera artesana y casera, y con el máximo esfuerzo y dedicación posible".
Se trata de la pastelería Koppo, situada en la esquina de la calle del Dr. Ildefonso Labayen número 14, en San Jorge. El barrio pamplonés ya ha aparecido en esta sección de comercio local, como en el caso de Sergio Álvarez, el joven entrenador que puede cambiar tu vida en Pamplona.
En Koppo, elaboran ellos todos los productos que venden, desde el pan, la bollería, los chocolates, trufas o pasteles, y también pastas de té y 'bocaditos individuales'. "Nuestra especialidad es hacer de todo. Abarcamos todo tipo de dulces", expresa su propietaria.
Uno de los productos estrellas del local es su milhojas de nata y crema, así como sus hojaldres. "Cuando la gente prueba uno, suele repetir. El cuerpo te pide volver a comerlo", explica Gracia Tanco entre risas.
En cuanto a la bollería, a los clientes les gustan mucho sus palmeras, los canutillos de mantequilla, y también las trenzas. Además, las pastas de té y su gran variedad, y los chocolates y trufas que realizan en la pastelería son exquisitos.
En Koppo elaboran también diferentes tartas que se pueden encargar, y tienen gran éxito entre aquellos clientes que quieren darse un capricho. Por ejemplo, gustan mucho su tarta sacher (dos planchas gruesas de bizcocho de chocolate y mantequilla separadas por una fina capa de mermelada de albaricoque y recubiertas con un glaseado de chocolate negro por encima y los lados), y también una de fresa.
En la página web de la pastelería, expresan que trabajan con materias primas de más alta calidad, y cuidan la presentación de sus dulces para ofrecer una experiencia única de tradición y dulzura.
"Koppo es una pastelería de toda la vida, en la que se mantienen y respetan las recetas tradicionales. Además, no perdemos de vista las nuevas tendencias, las acogemos y nos adaptamos a ellas", expresa su propietaria.
De esta forma, la pastelería ha logrado en el barrio de San Jorge mantener clientes durante más de 30 o 40 años. Además, cada vez son más los jóvenes que acuden al local para disfrutar de sus dulces. "A lo mejor, de primeras les llaman más otros dulces más llamativos a primera vista, pero los dulces bien hechos siempre animan a repetir. Por ejemplo, el hojaldre. Es uno de los dulces más tradicionales, pero a las nuevas generaciones les encanta", afirma.
"Lo que más me gusta de llevar la pastelería es el trato con el cliente, y el feedback, que te digan si les gusta o no. Ese agradecimiento de las personas que confían en un producto y lo disfrutan, para mí es lo mejor de este trabajo", asegura.
La propietaria de la pastelería Koppo tiene claras sus expectativas de futuro. "Nuestro objetivo es seguir trabajando para que la gente disfrute el dulce. Es lo que me mueve a mí en mi día a día, que haya gente que pueda disfrutarlos bien hechos. Queremos que siga habiendo dulces realmente artesanos y hechos con cariño", concluye Gracia Tanco, de la pastelería Koppo, en San Jorge.
